Si hay algo que no soporto en mi mini piso, son los ruidos, pero, el otro día, mi padre vino de visita con dos pilas para recordarme el odio que le tengo al "tic tac" del reloj de la cocina. Llevaba varios meses marcando las cinco de la tarde y, sinceramente, yo ni miro para él porque siempre controlo la hora desde el móvil, pero, según mi padre, no es bueno tener los relojes parados. Y según el Feng Shui, tampoco. Esta filosofía china milenaria, que busca que el chi, o la energía positiva, fluya correctamente por nuestras estancias para que todos los que vivamos en ella lo hagamos en armonía y bienestar, da mucha importancia a los relojes.
Para sus seguidores, los relojes representan el avance de la vida y de la energía positiva, por eso es vital tenerlos en hora si queremos progresar. Maite Pérez (@activafengshui) es una de las expertas de esta disciplina y nos cuenta por qué es tan importante que tengamos los relojes en hora. Toma nota y revisa que todos tus relojes estén al día.
Los relojes parados estacan la energía de tu casa y te impiden avanzar.
RBA
Por qué no debemos tener los relojes parados, según el Feng Shui
Maite Pérez (@activafengshui) es experta en Feng Shui y nos cuenta la importancia de no tener nuestros relojes parados. La experta explica que, aunque llevemos tiempo sin usarlos o los tengamos guardados en nuestros cajones, su energía sigue fluyendo y eso es algo que no debemos ignorar. "En Feng Shui, los relojes representan el tiempo, el movimiento y el fluir de la vida. Son símbolos de ritmo, ciclos y evolución", explica.
¿Qué ocurre cuando un reloj está parado?
La experta nos cuenta que cuando nuestros relojes están detenidos, la energía también se estanca. "Puede reflejar una sensación de bloqueo, de cosas que no avanzan… incluso a nivel emocional, laboral o de relaciones", cuenta. Y es que, además de afectar a la progresión, el movimiento y la energía general de los espacios, un reloj parado también afectará a nuestro estado de ánimo, provocándonos ansiedad, incertidumbre y la sensación de estar atascados.
Aunque tengas los relojes guardados en un cajón y no los veas, debes asegurarte que funcionan.
IKEA
En el Feng Shui, los relojes parados pueden detener la vida, obstaculizando el progreso y nuestra evolución, tanto personal como profesional, en diferentes aspectos de la misma. Además, algunos creen que los relojes detenidos pueden atraer las energías negativas, desestabilizando la armonía del hogar y atrayendo la mala suerte.
"Incluso si tienes relojes guardados en un cajón, aunque no los veas, su energía sigue presente. Un reloj parado, aunque esté escondido, también simboliza estancamiento. La energía no distingue si está a la vista o no", explica Maite Pérez. Además, la experta nos recomienda revisar todos los relojes de nuestra casa, cambiarles las pilas a los que no tienen y deshaciéndonos de los que no usamos, pero nunca dejarlos estancados. "Tu casa habla y el tiempo también", concluye, animándonos a dejar que nuestra energía fluya con el ritmo de la vida.
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¿Qué otros aspectos detienen el tiempo para el Feng Shui?
La entrada de nuestra casa es la puerta por la que acceden las buenas energías al hogar, por eso es vital que no esté obstruida.
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Los objetos rotos o dañados: espejos electrodomésticos, relojes rotos... deben ser reemplazados o arreglados cuanto antes, porque estancan la energía y no nos dejan avanzar.
O los que generan emociones negativas. Los objetos que nos recuerdan a situaciones o personas desagradables, también estancan la energía, impidiendo que la positiva pueda acceder a los rincones en los que se encuentran.
Las entradas obstruidas. La boca de la energía positiva del hogar es la puerta principal, por eso debemos cuidar su orden y su apariencia, impidiendo las cosas que la obstruyan y terminen con el orden.
El desorden, sobre todo en áreas de paso o rincones, que impide que la energía fluya con libertad, generando indecisión y la incapacidad de avanzar en la vida.
Los muebles grandes colocados en lugares que no son correctos obstaculizarán el flujo de energía y generarán una sensación de estancamiento en el espacio.