Marisol Rosell, neuroarquitecta: “Si tu casa está mal iluminada puede impedirte descansar bien y concentrarte”

Si llevas un tiempo que, al llegar a casa, te sientes agotada y con un cansancio que no se te va ni con una ducha caliente ni con más horas de sueño, Marisol Rosell, experta en Diseño y Energía del hogar, tiene claro qué es lo que te pasa: te está afectando la luz que tienes en casa. Y es que una casa, aunque esté ordenada, como no tenga una iluminación adecuada no te permite desconectar, ni concentrarte, ni descansar bien. De hecho, te impide hasta soltar las preocupaciones del día a día.

Sí, aunque parezca increíble y que de primeras no tienen relación, la luz que tengas en casa puede estar drenándote tu energía emocional y generándote mucho ruido mental. A continuación, Marisol nos cuenta las claves principales para entender cómo influye la luz en nuestras emociones, en nuestro descanso y en nuestro bienestar.

Problemas que causa una casa mal iluminada

Según la experta Marisol Rosell, una iluminación inadecuada no solo arruina la estética de tu casa, también puede generar un impacto profundo en tu bienestar emocional, mental y físico. La luz blanca fría, por ejemplo, estimula el cerebro y puede ser útil en una oficina o en los supermercados, pero en casa puede mantenerte en estado de alerta, impidiéndote descansar o desconectar. De noche, esa estimulación constante altera tu ritmo circadiano y reduce la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.

Además, una casa con iluminación pobre o mal distribuida puede generar fatiga visual, dolores de cabeza y sensación de incomodidad. Pero lo más sutil, y a la vez más importante, es cómo afecta a tu concentración y tu estado emocional: espacios oscuros o mal iluminados tienden a generar pensamientos repetitivos, sensación de encierro y falta de claridad mental. Lo peor es que nos acostumbramos a vivir así.

Cómo transformar tu casa desde la luz

Iluminar bien tu casa es una forma de cuidarte. No es solo diseño, es salud emocional. Cuando la luz acompaña tu ritmo, tu energía cambia. Descansas mejor, piensas con más claridad y tu hogar se convierte en un verdadero refugio.

Lo mejor de todo es que transformar tu casa desde la luz no es un proceso laborioso y no requiere reformas ni grandes inversiones de dinero. Lo primero que deberás hacer será cambiar la intención con la que iluminas: no se trata solo tener luz para ver, sino de sentirte bien. La luz debe acompañarte según el momento del día y la energía que necesitas en cada espacio.

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Aquí te dejamos algunos consejos para que aprendas a iluminar tu casa y tu vida:

1. Aprovecha al máximo la luz natural durante el día

El primer consejo, y el mejor de todos, es que durante el día dejes a un lado la luz artificial y aproveches al máximo la luz natural que entra por las ventanas. Para multiplicar esta luz natural, coloca espejos estratégicamente que la reflejen. Por la noche, opta por luz indirecta o difusa para crear una atmósfera tranquila.

2. Elimina o suaviza las luces blancas en dormitorios

Lo ideal es que las sustituyas por bombillas de luz cálida (entre 2700K y 3000K), las cuales ofrecen la iluminación perfecta para relajar el sistema nervioso y favorecer un sueño reparador.

3. Introduce lámparas de mesa o pie

Otro consejo es crear rincones acogedores en casa utilizando lámparas de mesa o de pie. Para adaptar la luz a cada momento del día, puedes añadir reguladores de intensidad o, incluso, usar bombillas inteligentes.

4. Usa velas o guirnaldas de luz

La luz suave y cálida de una vela o de una guirnalda tenue es ideal para crear momentos de desconexión y tiene un efecto inmediato en tu sistema nervioso: te invita a bajar el ritmo, a desconectar del mundo exterior y a reconectar contigo.