El sofá es uno de los muebles más importantes en cualquier casa. Como mínimo, siempre tenemos un sofá en el salón, pero muchos hogares también tienen algunos más en otras estancias. Pero, por muy cómodos que sea, con el paso del tiempo, los sofás pueden perder firmeza debido al desgaste de los cojines y de la propia estructura.
Este desgaste es el culpable de que los asientos dejen de ser cómodos y que, muchas veces, se vuelvan más duros que una piedra o demasiado blandos. Si no tienes presupuesto para comprar un sofá nuevo, entonces estos consejos te van a venir superbién para conseguir que tu sofá viejo vuelva a ser igual de cómodo (o más) que el primer día.
1. Coloca un cubre sofá acolchado
Puede que pienses que un cubre sofá es solo para proteger la tela del sofá de manchas y desgaste, pero si compras un modelo que cuente con diseño acolchado, lo que conseguirás será añadir otra capa de cojín suave y más soporte al asiento del sofá. Para mayor comodidad, intenta buscar un cubre sofá con algo de grosor, con relleno de espuma o de fibra de poliéster, por ejemplo. Este elemento está disponible en diferentes tamaños y estilos para que puedas elegir uno que se adapte a la estética de tu salón. Además, muchos son desenfundables para que puedas ir cambiando sus fundas cuando te apetezca.
2. Reemplaza el relleno de los cojines
Los cojines del sofá son los que más sufren con el tiempo, ya que se aplastan y pierden su forma de tanto sentarnos y levantarnos. Una opción muy sencilla es cambiar los cojines que ya tengas en el sofá por unos que sean más mullidos. No hace falta que compres cojines nuevos, con reemplazar sus rellenos originales por unos nuevos, es más que suficiente.
Intenta que estos rellenos sean de espuma de alta densidad, para mayor soporte y durabilidad, o de plumas si lo que deseas es más suavidad y comodidad. Lo único que tendrás que hacer será ponerlos dentro de las fundas de los cojines.
3. Añade una plancha de espuma
Si lo que le ha pasado a tu sofá es que se ha hundido, una solución rápida es colocar planchas de espuma de alta densidad debajo de los cojines del asiento. Esto te ayudará a nivelar la superficie y proporcionará un soporte más firme. Estas planchas se pueden cortar a medida para ajustarse a la estructura del sofá. Incluso, puedes hacerla tú misma: bastaría con envolver una tabla con espuma.
4. Ajusta las cinchas de los asientos
En muchos sofás, la comodidad depende también de las cinchas de los asientos. Con el tiempo, estas cintas pueden aflojarse o desgastarse. Por eso, podrías probar a ajustarlas o, si lo consideras necesario, reemplázalas por unas nuevas.
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5. Cambia la tapicería del sofá
Si tu presupuesto te lo permite y ves que la tela de tu sofá está desgastada o ya no es agradable al tacto, podrías plantearte cambiar la tapicería. Renovando la tela del sofá no solo le das un nuevo look, sino que puedes aprovechar para elegir un material más cómodo y duradero, como el terciopelo, el algodón grueso o el lino, que son suaves y resistentes. Además, al cambiar la tapicería también podrás añadir un relleno adicional.
6. Sustituye los resortes del sofá
Los resortes del sofá son componentes metálicos que forman parte de la estructura interna del mueble y son los encargados de proporcionar soporte, firmeza y amortiguación. Con el tiempo pueden aflojarse, romperse o perder su tensión, lo que afecta directamente a la comodidad del sofá. Si notas que tu sofá se hunde en ciertas áreas o que no tiene el mismo soporte que antes, puede ser momento de reemplazar sus soportes.