Si, muchas veces, el ritmo frenético del día a día te come horas y te deja poco tiempo para limpiar la casa relajadamente como te gustaría, te entiendo perfectamente porque a mí también me pasa. Aunque suene “un poco raro”, soy de esas personas a las que le encanta dedicar tiempo a la limpieza del hogar, me parece una actividad muy relajante, mi mente se para y se concentra en lo que estamos limpiando y me hace liberar mucho estrés.

Pero no siempre puedo dedicar todo este tiempo a la limpieza de mi casa y, cuando esto me sucede, me estreso muchísimo y me bloqueo porque, de todas las cosas que tengo que limpiar y encima rápido, hasta las habitaciones me parecen el triple de grandes de lo que realmente son. Por eso, decidí buscar un método de limpieza que me ayudara a limpiar todo con más rapidez, y con la misma eficacia, y fue cuando descubrí la regla de “una habitación”.

 

¿En qué consiste la regla de “una habitación”?

Básicamente, la regla de “una habitación” se trata de un sistema de limpieza del hogar muy sencillo de aplicar, cuyo objetivo principal es ahorrarte tiempo mientras limpias toda la casa. Y lo mejor de todo es que te permite hacerlo con eficiencia y rapidez. De hecho, muchos expertos en limpieza que han probado este sistema dicen que les ha permitido limpiar, de arriba abajo, casas de 200 m2 en dos horas y otras más grandes, de unos 500 m2, pueden estar impolutas en menos de 5 horas. 

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Elige una habitación y centra todos los esfuerzos en ella. El primer paso es poner orden. 

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Si estos son los resultados en hogares así de grandes, imagínate lo que se puede conseguir en viviendas más pequeñas. Para que pruebes la regla de “una habitación” por ti misma, te cuento, a continuación, el paso a paso que debes seguir:

  • Paso 1. En primer lugar, elige la habitación por la que deseas empezar la limpieza. Ten en cuenta que los espacios más grandes abiertos o los pasillos también se consideran como habitación.
  • Paso 2. Cuando ya la tengas elegida, empieza recogiendo el desorden del suelo y ve apilando, fuera de la puerta, dos pilas, una con los objetos que necesiten ser recolocados por la casa y otra con los que no te sirvan y debes tirar. Importante: no pierdas mucho tiempo entrando y saliendo de la habitación, lo mejor es que montes las pilas y ya luego recoloques y vayas a la basura una sola vez a tirar lo innecesario.
  • Paso 3. Elige una esquina para ordenar y ve avanzando alrededor de la habitación. Hazlo poco a poco, es decir, cuando termines de ordenar una esquina, pasa a la siguiente. No lo hagas todo al mismo tiempo.
  • Paso 4. Cuando termines de ordenar todas las esquinas, vuelve a la primera y repite el  mismo proceso (es decir, esquina por esquina), pero con el polvo. Limpia también las puertas de arriba abajo y sigue a lo largo de los zócalos.
  • Paso 5. Como último paso de este método de limpieza, cuando ya tengas todas las esquinas ordenadas y sin polvo, termina la limpieza aspirando y fregando el suelo.

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Si tienes poco tiempo

Mi último consejo es que, si una semana te ves muy apurada de tiempo, puedes dividirte la limpieza de la casa utilizando el método de una "habitación" cada día. Me explico mejor: enfócate en la limpieza de una sola habitación un día y aplicando esta regla, limpiarás toda la casa de arriba abajo a la velocidad del rayo y casi sin apenas darte cuenta por qué pondrás toda tu energía en un solo espacio y así lo seguirás haciendo los días sucesivos poco a poco.