Elena Ruiz

La experta en Feng Shui tiene claros los dos lugares en los que nunca deberías guardar los zapatos. 

@transformafengshui

¡Cuidado!

Elena Ruiz, experta en Feng Shui: “No guardes los zapatos debajo de la cama. Estanca la energía y te impide descansar"

Los zapatos, al estar en contacto con el exterior, traen esa energía hacia dentro de la casa, así que si los colocamos en estos dos lugares donde es fundamental que la energía vital fluya, podemos bloquearla sin querer

El Feng Shui es una filosofía ancestral china que busca armonizar los espacios para favorecer el bienestar, la prosperidad y la paz interior de las personas que lo habitan. Según esta filosofía, todo lo que colocamos en casa tiene influencia en la manera en la que circula en ella la energía vital (conocida como chi). Cuando esta energía vital circula libremente, la vida fluye y hay equilibrio, claridad y motivación.

En el otro polo, cuando algo bloquea esta energía, aunque sea un detalle pequeño como dejar los zapatos en el lugar erróneo, pueden aparecer sensaciones de cansancio, desorden mental o estancamiento emocional. Por eso, cuidar cada rincón del hogar es fundamental: no se trata solo de estética o limpieza, sino de crear un entorno que nos nutra y nos sostenga. Para ayudarnos a que la energía fluya de natural por todos los rincones de la casa, la experta en Feng Shui Elena Ruiz, nos ha contado en qué dos lugares deberíamos evitar dejar los zapatos: podría atraer pobreza a nuestra vida.

00568236 Canapé de debajo de una cama abierto

No guardes los zapatos debajo de la cama. Estanca la energía y te impide descansar.

RBA

1. No dejes los zapatos debajo de la cama

Según el Feng Shui, la cama es uno de los lugares más importantes del hogar, ya que en ella pasamos muchas horas y nuestro cuerpo entra en un estado de descanso y regeneración profunda. Para permitir que la energía fluya sin interrupciones mientras dormimos, es fundamental mantener el espacio debajo de la cama lo más libre posible. Por este motivo, no es buena idea guardar zapatos allí: al final, son objetos que han estado en contacto con la energía del mundo exterior, con tensiones, prisas o preocupaciones y pueden bloquear ese flujo energético dentro de casa.

Además de acumular polvo y suciedad, los zapatos bajo la cama actúan como pequeños anclajes de energía estancada que, con el tiempo, pueden influir negativamente en el descanso, generar sensaciones de agobio o incluso afectar la salud. También puede interferir con la prosperidad, ya que el desorden invisible bajo la cama simboliza asuntos pendientes o bloqueos que impiden avanzar con claridad. Lo ideal es mantener ese espacio despejado o usarlo solo para guardar objetos relacionados con el descanso, sean suaves y estén limpios, como mantas o ropa de cama.

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2. No dejes los zapatos en la entrada de la casa

Para el Feng Shui, uno de los puntos más delicados es la entrada de la casa, ya que por allí accede la energía que alimenta el resto del espacio. Dicho con otras palabras: el recibidor es el principal acceso de la energía chi al hogar, por eso es clave mantenerlo ordenado y bien equilibrado. Y es que, si ese flujo de energía se interrumpe nada más llegar a la casa, puede afectar a todos los aspectos de la vida diaria: desde el descanso nocturno hasta las relaciones o la concentración, de ahí que el Feng Shui considere fundamental saber elegir bien qué se coloca en la entrada de la casa.

Esto significa que si dejamos los zapatos tirados en la entrada de la casa, podríamos estar bloqueando la entrada de la energía positiva a nuestro hogar, lo que afecta también a tu economía y a tu carrera profesional. Una de las recomendaciones del Feng Shui en esta zona de la casa para atraer fortuna y prosperidad a la misma es mantenerla despejada y sin nada por medio. Por ejemplo, si por falta de espacio en el resto de la casa te ves obligada a dejar los zapatos en el recibidor, lo ideal es que coloques un armario cerrado, cajones o algún mueble funcional para guardarlos nada más entres por la puerta y frenar, de esta forma y rápidamente, esa energía del exterior.