Para el Feng Shui, el dormitorio es una de las estancias más importantes de toda la casa, principalmente porque lo usamos como nuestro lugar de descanso, por lo que en él pasamos muchas horas de nuestra vida durmiendo. De lo que tengamos en él, va a depender muchísimo la calidad de nuestro sueño y, por tanto, de nuestra salud y nuestro bienestar emocional.
Y si hay un elemento dentro del dormitorio al que el Feng Shui le da mayor importancia, esa es la cama. Su ubicación en esta estancia es fundamental para tener un buen descanso y, además, debe ir acompañada de una pieza que muchas personas pasan por alto y que no debería ser así: el cabecero.
Según Kike Clavería, Arquitecto especialista en Feng Shui, el cabecero no debe faltar nunca en un dormitorio porque nos aporta seguridad, protección y apoyo. Pero, eso sí, para que pueda cumplir su función, es necesario que el cabecero cuente con las siguientes características que el experto nos desvela.
Así es cómo tiene que ser el cabecero de tu cama según el Feng Shui
Según Kike Clavería, no tener un cabecero en el dormitorio afecta negativamente a nuestro subconsciente, ya que, al tener la cabeza sin protección, nos genera sensación de inseguridad y falta de apoyo en todas las áreas de nuestra vida: el apoyo de nuestra pareja, el apoyo de nuestra familia, el apoyo de terceros en nuestro trabajo o en nuestras relaciones, etc.
Además, el Feng Shui también nos aconseja que, para que el cabecero pueda cumplir su función y favorecer nuestro descanso, nuestra seguridad y el apoyo de otras personas en todos los ámbitos de nuestra vida, debe tener las siguientes características:
Debe ser sólido, macizo y que no tenga huecos
Debe ser sólido, macizo y no tener ni huecos ni aberturas, ya que estas son las tres características que necesita para poder aportarnos esa protección tan necesaria para nuestro subconsciente.
Según el Feng Shui, para que el cabecero nos aporte seguridad y apoyo es necesario que presente las siguientes características.
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Debe ser grueso y alto
Debe ser alto y al menos debe sobresalir 60 centímetros por encima de la parte superior del colchón. Además, cuanto más grueso sea el cabecero, mejor porque aportará más estabilidad, seguridad y protección.
Y de madera o de textil
Los materiales naturales son siempre favorables dentro de la filosofía del Feng Shui y, a su vez, nos aportan un gran confort.
Nunca de metal
Esta característica es superimportante. Según Kike, intenta evitar a toda costa tener un cabecero de metal en tu dormitorio, ya que se trata de un material conductor que afecta muy negativamente a nuestro campo electromagnético natural y, por ende, perjudica también nuestro descanso y nuestro bienestar. Además, los cabeceros de metal no son macizos y suelen estar formados por pequeños barrotes que generan sensación de inestabilidad, debilidad y poca solidez.
En cuanto a materiales, los cabeceros tienen que ser de madera o textil, nunca de metal.
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Tiene que llegar hasta el suelo
El cabecero debe estar siempre apoyado en el suelo para aportarnos estabilidad emocional. También debe estar apoyado en una pared sólida y que no tenga detrás un baño o una cocina.
Con unas medidas favorables
Para un cabecero de una cama de matrimonio serían las siguientes:
- Ancho: Entre 145 cm y 155 cm
- Alto: entre 102 cm y 112 cm
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El cabecero debe ser alto y robusto y de materiales naturales.
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Otras situaciones con el cabecero que NO son aconsejables por el Feng Shui
Además de tener las características comentadas anteriormente, existen otras situaciones relacionadas estrechamente con el cabecero del dormitorio y que no son aconsejables por el Feng Shui. Algunas de ellas:
- Colocar un espejo arriba del cabecero: Es un elemento que dispersa la energía afectando a nuestro descanso y bienestar emocional.
- Tener como cabecero una tela, un papel pintado o simplemente unas almohadas: Son piezas que no aportan la estabilidad ni la protección necesaria.