Salón con sofás azules y mesa de centro de madera

Este salón ha pasado de clásico a moderno con pocos cambios.

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Cambios fáciles

La 3 reglas de oro para pasar de un salón clásico a un salón más moderno

Un espejo bien colocado, un base gris actual y detalles en tonos rosa y verde han rejuvenecido por completo este salón abierto al comedor. No te pierdas sus claves

No ha hecho falta cambiar los muebles para dar un aire renovado a este salón. Con un poco de pintura, detalles de diseño actual, fundas de cojín desenfadadas y el uso del color en complementos ha ganado frescura y ligereza y se ha llenado de vida.

Salón abierto al comedor

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Regla 1: Un aire más actual y acogedor al salón 

El gris de la pared hace el salón más acogedor. Este tono calienta y suaviza el blanco que tenían antes las paredes. Es un color versátil, tan elegante como moderno, que llena de luz cualquier espacio y es uno de los preferidos de los decoradores para actualizar toda la casa. Además, da profundidad. El de la imagen es similar al Bruguer Ultra Resist gris (33,80 €/4l. Amazon).

Los cojines han sido otra de las claves para actualizar el salón. Sobre el sofá liso y en verde agua, la combinación de cojines de rayas de varios grosores en diferentes gamas de neutros es un foco de luz, a la vez que restan seriedad al salón. Cojines similares de rayas beige en lolahome.es (33,90 €).

El espejo de pino suma calidez y contribuye a multiplicar la luz y la sensación de espacio en toda la estancia. Su aspecto rústico introduce la naturaleza en casa y aligera el estilo clásico. Colocado en horizontal, además, te ayuda a ensanchar el espacio. Espejo similar al modelo  Arlan de en sklum.es, (104,95 €).

La alfombra es un modelo sin remate, lo que diluye sus límites visualmente. Al ser clara  da luz al suelo de madera y queda más ligera e informal, que un modelo estampado o en tonos oscuros. Alfombra similar al modelo Clío beige de rugvista.es (115 €).

Detalle jarrones mesa de centro

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Regla 2: usa detalles con fuerza decorativa 

En decoración, la regla del tres es infalible: los tríos de detalles transmiten dinamismo. Se ha empleado para decorar la mesa de centro: los tríos de piezas se unifican con el verde pastel y se han dispuesto en los dos extremos, en uno de ellos, agrupados dentro de una bandeja de líneas muy sencillas (similar al mod. Ostbit de Ikea. 9,99 €).

Las plantas, por su parte, refrescan y llenan de alegría el salón. Dos ramitas de eucalipto en unos jarrones o unas plantas verdes en macetas dan un aire natural y renovado.

Sobre el velador, la lámpara blanca con pie de cerámica y pantalla cilíndrica (similar en pope- complementos.es, 31,90 €) es un diseño superactual que quita años al salón y aporta un extra de luminosidad al rincón. Para reforzar el efecto, el tablero del velador se ha sustituido por uno blanco que imita mármol jaspeado.

Y en la mesa del comedor, la combinación de la vajilla lisa moderna (similar en El Corte Inglés, 24 €) y la cubertería de mango de madera (similar al mod. Sterdam de laredoute.es, 59,39 €) es el contrapunto cálido a la cristalería clásica. Esta junto con los jarrones añade un toque de delicadeza a la mesa a la vez que crea un punto de luz. 

Comedor con sillas clásicas y mantel rosa

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Regla 3: El color es tu aliado en el comedor

El turquesa y el rosa palo son dos colores de tendencia frescos y delicados que han puesto al día este espacio. Se han utilizado en las lámparas gemelas que decoran el aparador y dan un punto sofisticado al ambiente. El mueble se ha rejuvenecido también pintándolo de blanco.

Los cuadros de gran formato, por su parte, ofrecen un look contemporáneo, con un elegante marco negro, muy fino, y un ancho paspartú blanco. Flanqueados por las lámparas, crean un foco de atención y su verticalidad aporta altura a la pared. El juego de simetrías contribuye a dar sensación de orden.

Y en la mesa, los caminos de mesa sobre el mantel claro y liso restan formalidad al comedor que cuenta con 4 sillas clásicas en capitoné. El delicado y luminoso rosa empolvado junto con los violeteros de flores dulcifican el ambiente y lo hacen más relajante, perfecto para las charlas de sobremesa