Desde que he puesto en práctica este truco, la mampara de la ducha está siempre limpia

Personalmente, la mampara de la ducha era el área del cuarto de baño que siempre me costaba más trabajo limpiar. Y mira que le ponía empeño, compraba los mejores productos de limpieza que veía por los pasillos del supermercado y frotaba y frotaba como si no hubiera un mañana. Vale, no te voy a mentir, después de tanto frotar y frotar siempre veía la luz y conseguía dejarlas bien limpias y transparentes, pero se me caían las gotitas de sudor durante el proceso porque tenía que emplear mucho esfuerzo y tiempo.

Menos que hace poco descubrí un trucazo que te ayuda a reducir el tiempo de limpieza de la mampara a más de la mitad. Y no solo eso, sino que también te permite mantenerla limpia y brillante todo el rato. Además, es un truco muy sencillo y rápido de ejecutar, tanto, que el día que te toque la limpieza general del baño te alegrarás de hacerlo. ¿Quieres saber cómo lo hago? Pues sigue leyendo que te lo cuento en las próximas líneas.

¿Por qué la mampara de la ducha se ensucia tanto?

Me atrevería a decir que la mampara de la ducha puede que sea el elemento del cuarto de baño que más fácil y rápido se ensucia debido a su contacto constante con el agua. Sí, aunque el agua sirva para limpiar, también hace el efecto contrario: ensucia. Para que entiendas mejor lo que te estoy diciendo, te dejo, a continuación, algunos de los culpables de la suciedad de las mamparas:

• La principal causa es la presencia de minerales en el agua, como el calcio y el magnesio. Cuando el agua se evapora después de darnos una ducha, estos minerales quedan depositados en la superficie de las mamparas en forma de manchas de cal, las cuales son muy difíciles de eliminar.
• Además, los residuos de jabón y otros productos de higiene personal se adhieren a la superficie de las mamparas, creando una capa grasosa que atrapa la suciedad y las bacterias.
• Por último, la humedad constante en el cuarto de baño también contribuye a que las mamparas se ensucien. El vapor de agua se condensa en la superficie, facilitando la adherencia de las partículas de suciedad, situación que empeora con la falta de ventilación que favorece el crecimiento de moho y hongos.

El truco para una mampara siempre limpia y sin esfuerzo

Por resumir, las mamparas se ensucian tanto por culpa de los depósitos minerales del agua, los residuos de jabón y la humedad del ambiente y es tal la cantidad de suciedad que se va acumulando día tras día, que ni los mejores limpiadores del supermercado ni todo el esfuerzo que hagas son suficientes para disolverla. Pero, no te preocupes, que sí que existe una solución y está en la prevención y en la constancia.

Por prevención y constancia me refiero a hacer una pequeña acción todos los días que consiste en pasar una rasqueta de silicona por toda la superficie de la mampara después de cada ducha. Aunque parezca una acción insignificante, para nada lo es porque esta herramienta te ayudará a eliminar el exceso de agua y los restos de jabón que se hayan quedado en la mampara tras ducharte, con el consiguiente beneficio de evitar que se formen marcas y depósitos de cal y, lógicamente, facilitándote su limpieza el día que te toque limpiarla más en profundidad. 

Y no te preocupes por tu mampara, al ser de silicona el borde de la rasqueta es suave y no raya ni el vidrio ni el acrílico. Además, es muy flexible y te permite llegar a todas las esquinas.