Hace unas semanas, llegó el frío definitivo a Madrid y me puse a hacer el cambio de armario de invierno, desempolvando todos mis abrigos y guardando las gabardinas y las cazadoras hasta la próxima temporada. Me di cuenta de que algunos, sobre todo los de paño y los de pelito, no estaban en las mejores condiciones, a pesar de que los guardé en la bolsa de la tintorería para evitar que se estropearan.

Investigando el por qué de este deterioro de mi ropa, me encontré en Instagram con un vídeo de la experta Pía Nieto, en el que explica que las bolsas de plástico de la tintorería no son las más indicadas para guardar nuestra ropa de una temporada a otra. Además, nos cuenta cuáles son sus mejores sustitutas. ¡Ojalá lo hubiera sabido antes!

Las bolsas que utilizan las expertas para guardar los abrigos cada temporada

A pesar de que, en nuestro intento por ahorrar y creernos profesionales, reutilizábamos la bolsa de la tintorería para guardar nuestros abrigos una temporada tras otra, la experta Pía Nieto (@piaorganiza) nos explica que no es la mejor idea si lo que queremos es preservar nuestra prenda en buenas condiciones. La experta nos cuenta que estas bolsas se llenan de polvo con la misma facilidad que se estropean, haciendo que ese polvo traspase a la prenda, al mismo tiempo que se carga de energía estática.

Ella nos cuenta que la mejor opción es optar por fundas de tela transpirables o de PVC, con muchos más beneficios y una menor contaminación. Además de tener un mecanismo de abertura y cierre mucho más sencillo, gracias a su diseño con cremallera, estas bolsas son ideales para mantener nuestra ropa en perfectas condiciones durante grandes periodos de tiempo, ya que además de resguardarlas del polvo y de la humedad, también protegen sus fibras.

 

A la hora de limpiarlas, podemos meterlas en la lavadora, si son de tela, o pasarles una bayeta húmeda, en el caso de que sean de PVC. Quedarán genial y podremos reutilizarlas de una temporada a otra para lograr que nuestros abrigos y el resto de prendas se mantengan intactas hasta que los volvamos a utilizar.

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Como consejo extra, por último, la experta nos recomienda dar un plus de cuidado a nuestras prendas cuando las guardamos en las fundas, acompañándolas de bolitas antipolillas o de barritas de cedro, para evitar la humedad y las plagas. Eso sí, cuando guardamos la ropa en trasteros o en el canapé, debajo de la cama, ella nos recomienda ventilarla, cada cierto tiempo, para evitar que coja esa humedad o que se estropee.

Estamos seguras de que con estos trucos tus abrigos se mantendrán como nuevos un invierno tras otro, sin polvo, sin olores, sin humedad y, sobre todo, impolutos y perfectos para ponértelos y sentir que vuelves a estrenarlos.