Ana Elena Simionescu, experta en orden: “Antes de salir de una habitación siempre me llevo alguna cosa que no debería estar ahí"

Si dedicas muchas horas a la semana en ordenar los espacios de tu casa y de la noche a la mañana todo vuelve a estar fuera de sitio y desordenado, entendemos tu frustración y queremos ayudarte. Y queremos ayudarte principalmente a hacer un cambio de mentalidad porque, aunque la lógica te diga que, cuantas más horas te pases ordenando, más días te durará ese orden en el tiempo, sucede justo lo contrario y mantener la casa ordenada se convierte en una tarea interminable.

Y es que, como nos contará en las próximas líneas la experta en orden y organizadora profesional Ana Elena Simionescu, el truco no está en echar más horas ordenando, sino en hacer menos, pero que lo poco que hagas cada día esté bien hecho. Para ello, la experta lo que nos recomienda es que dejemos de hacer maratones de limpieza y que adoptemos pequeños hábitos de orden que, con su repetición día tras día, se conviertan en rutinas automáticas.

Para darnos algo de luz en el tema, Ana Elena nos cuenta cuáles son los 5 mini hábitos que ella pone en práctica y que la ayudan a mantener la casa ordenada en el tiempo.

1. La regla de los dos minutos

El gran problema del desorden en casa se produce siempre por una misma razón: posponemos las tareas para después y ese después nunca llega, por lo que se van acumulando y la lista de cosas pendientes se hace interminable. Por eso, Ana Elena recomienda aplicar la regla de los dos minutos, la cual consiste en que, cuando veamos que algo se puede hacer en menos de dos minutos, lo hagamos en el momento.

Es una regla muy simple, pero efectiva, ya que son acciones que se hacen rápido y que evitan que el caos se acumule. Por ejemplo: guardar los zapatos, colgar el abrigo, dejar el bolso en su sitio cuando llegas a casa… Al aplicar la regla de los dos minutos, tu casa se mantendrá más ordenada casi sin darte cuenta.

2. Revisar una zona pequeña cada día

La experta también nos revela que una de las claves para que el orden no se te vaya de las manos es no esperar a que todo esté patas arriba. Dedicar un minuto al día a una zona pequeña, como un cajón, una bandeja o una balda, te permite mantener todo bajo control.

Es tan fácil como, por ejemplo, hoy revisar el cajón de los cubiertos, mañana la bandeja de la consola del recibidor, pasado la estantería del baño, etc. Básicamente, son repasos express que evitan que el desorden crezca y además te dan una pequeña dosis de satisfacción diaria.

3. Todo tiene su lugar

Para que la casa esté siempre en orden, es fundamental asignar un lugar específico para cada una de nuestras pertenencias. Si cada objeto tiene su sitio asignado y después de usarlo siempre lo devolvemos a su sitio, el orden se mantiene solo. Como dice Ana Elena, “es como crear un mapa de tu casa donde todo encaja”. Además, también ahorras mucho tiempo y estrés porque cada vez que necesitas algo sabes exactamente dónde debes ir para cogerlo.

4. Antes de salir de una habitación, llévate contigo algo que no pertenezca a ella

Es un gesto mínimo pero muy poderoso. Lo que sugiere Ana Elena con este mini hábito es que, cada vez que salgamos de una habitación, miremos a nuestro alrededor, recojamos algo que no debería estar ahí y lo llevemos a su lugar correspondiente: un vaso que quedó en la mesa, un libro que ya no estamos leyendo, una camiseta sobre la silla, etc.

La experta recalca que no se trata de hacer una limpieza profunda, sino de aprovechar el movimiento para aportar un poco de orden. Si lo haces varias veces al día, te sorprenderá el impacto.

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5. Doblar la ropa al quitarla del tendedero

Por último, Ana Elena también deja constancia que uno de los puntos calientes del desorden en los hogares es la ropa, especialmente cuando las prendas se acumulan después del lavado: doblarlas justo al quitarlas del tendedero te ahorra montañas de ropa sin doblar que luego dan más pereza. Además, al hacerlo en el momento, todo vuelve rápido a su sitio y no se convierte en una tarea pendiente que te quita energía mental.