Un armario de ropa ordenado no solo afecta a cómo se ve su apariencia ante nuestros ojos, sino también a cómo nos hace sentir. Por este motivo, Marie Kondo, la experta en orden y organización del hogar más conocida de todos los tiempos, aconseja que, antes de que nos pongamos a organizar el armario, nos tomemos un momento de reflexión y pensemos en cómo queremos sentirnos al abrir sus puertas.
Si cuando lo abrimos todo está hecho un caos, las prendas amontonadas unas encima de otras y no eres capaz ni de ver bien todo lo que tienes dentro, entonces el armario nos generará muchísimo estrés. Si, por el contrario, cada cosa tiene su espacio y todo está bien clasificado en su interior, nos dará paz mental y, por supuesto, nos ayudará a ahorrar tiempo cuando necesitemos algo, ya que lo encontraremos a la primera.
Para que sientas ambas sensaciones te enseñamos, a continuación, el antes, el durante y el después de un armario que ha sido ordenado siguiendo las pautas del método de orden KonMari. ¿Quieres verlo?
1. Antes: el armario estaba hecho un caos
Si alguna vez has sentido que tu armario se desborda de ropa y que encontrar una prenda de vestir específica se convierte en una búsqueda interminable, seguro que te identificas con el estado inicial en el que se encontraba este armario antes de pasar por las manos por una organizadora profesional formada en el método KonMari, de Marie Kondo.
Ropa colgada sin orden aparente, pilas de prendas mal dobladas y colocadas sin criterio en los estantes y cajones, prendas medio caídas en las perchas, incluso, una plancha que no sabemos muy bien qué hace por aquí. Un armario tan desordenado, que lo único que provocaba era ansiedad cada vez que su dueña abría sus puertas.
2. Durante: Vaciamos el armario y aprovechamos para limpiar
La organizadora lo tenía claro: tenía que transformar el caos de este armario en calma y serenidad. Para ello, aplicó todos los pasos del método KonMari basándose en la premisa de conservar únicamente aquellas prendas de vestir y accesorios que a su clienta la hiciera feliz. Lo primero que hizo fue vaciar por completo el armario y apilar toda la ropa encima de la cama para que fuera consciente de todo lo que tenía y le fuera más fácil tomar decisiones.
Con todo encima de la cama, la clienta tuvo que decidir qué se quedaba y qué no, deshaciéndose de las prendas que ya no usaba, que no encajaban con su estilo actual o que, simplemente, ya no le despertaban una emoción positiva. Este proceso no solo ayuda a crear espacio físico, sino también a deshacerse de esa energía acumulada que a menudo afecta nuestro bienestar.
Sigue toda la información sobre decoración, orden, limpieza y buenas compras en el perfil de Cosas de Casa en Facebook y también en el canal de Cosas de Casa en WhatsApp. ¡Te esperamos!
3. Después: cada cosa tiene su sitio y reina el orden
Por último, una vez la clienta descartó todo lo que no quería, llegó el turno de organizar las prendas que sí había decidido conservar porque realmente le aportaban valor y alegría. Para ello, la organizadora llevó a cabo los siguientes pasos del método KonMari:
- Dobló cada prenda usando la técnica de doblado vertical de Marie Kondo para guardarlas en los cajones de manera ordenada y a buena vista.
- Categorizó la ropa. Es decir, las prendas de la misma estación y ocasión las colocó juntas, mientras que aquellas menos utilizadas fueron ubicadas en una sección más elevada.
- Colgó en perchas aquellas prendas que sí necesitan ser colgadas, como camisas o prendas más largas y gruesas como abrigos. Además, colgó una prenda por percha y las ordenó por colores.
- Usó organizadores y cajas para una mayor sensación de orden con el fin de dar a cada elemento un lugar específico y accesible.
En definitiva, comparando la foto del “antes” con la del “después” de este armario, es muy fácil detectar cómo el resultado del método KonMari ha sido un espacio que invita a la calma, con una estructura visual clara y con beneficios tanto prácticos como emocionales, ya que genera menos estrés, más claridad y un toque de felicidad cada vez que abres sus puertas.