Dos trucos para guardar el nórdico y que te ocupe lo mínimo

Cuando el calor empieza a hacer acto de presencia, solo significa una cosa: el verano está a puntito de llegar. Por eso, ya no podemos retrasar más el cambio de armario. Ha llegado el momento de guardar la ropa de invierno, incluido el nórdico de la cama.

¡Adiós, nórdico!

Como has podido ver, somos más del team verano, pero no vamos a negarte que otra sensación que nos produce un extra de placer es cuando, una noche fría de invierno, nos metemos en la cama después de una ducha calentita y nos tapamos hasta la nariz con el nórdico. Y es que ese calorcito que da un nórdico, no lo da ninguna otra ropa de la cama.

Para abrigarnos por las noches para que no pasamos frío, el nórdico está hecho en tejidos gorditos y gruesos que ayudan a aumentar la temperatura de la cama rápidamente para que entremos en calor. Este grosor es necesario en invierno, pero en verano, cuando nos toca hacer el cambio de armario, es un auténtico engorro: ¿quién es capaz de doblar el nórdico a la primera y conseguir dejarlo tan bien doblado, que casi no ocupe espacio? 

Dos trucos para guardar el nórdico sin que abulte tanto

Las redes sociales, bien usadas, pueden ser una grandiosa fuente de información. Si sabes filtrar bien lo que te entra por la pantalla, pueden ser un recurso gratuito superútil para, por ejemplo, aprender trucos de limpieza y orden que te ayuden a salvar tiempo en las tareas de casa. Hay muchos perfiles en Instagram, como este de @ordena_t_, donde su creadora nos explica dos trucos para guardar el nórdico para que no ocupe tanto espacio:

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Truco 1: Mételo en una bolsa al vacío

Las bolsas al vacío son las grandes salvadoras a la hora de guardar prendas de vestir o ropa de cama que abulten muchísimo, como es el caso de los nórdicos. Para ello, es necesario que, primeramente, dobles muy bien el nórdico. Laura, la chica de @ordena_t_, recomienda que lo estiremos encima de la cama, doblemos 1/3 en un lateral, nos traigamos los otros 2/3 desde el otro lateral y juntemos borde con borde.

A continuación, debemos doblar un poco el extremo inferior, otro poco el superior y traernos la parte de abajo hacia arriba para remeterla por la superior como si fuera un sobre. Ahora, debemos meter el nórdico doblado en la bolsa al vacío, cerrar su cremallera y quitarle el aire con ayuda de una aspiradora de mano.

Truco 2: Guarda el nórdico enrollado

El segundo truco consiste, básicamente, en doblar el nórdico en forma de rollo para que se quede lo más pequeño posible en tamaño y no abulte. Laura, aquí lo que aconseja es que, de nuevo con el nórdico bien abierto y estirado encima de la cama, doblemos un 1/6 de la parte superior hacia fuera y después un 1/3 del lateral derecho para hacer, como antes, montar sobre él los 2/3 restantes de lateral enfrentado.

Con el nórdico doblado así de manera vertical, empieza a enrollarlo de abajo hacia arriba y, cuando tengas ambos extremos juntos, remete el inferior sobre el superior como si estuvieras cerrando un sobre y listo.