El orden en casa es necesario para poder disfrutar de unos espacios equilibrados que sean beneficios para nuestra salud mental y bienestar. Sin embargo, es importante resaltar que este orden no se consigue de la noche a la mañana, aunque eso tampoco significa que que tengamos que hacer grandes esfuerzos ni para aplicarlo ni para mantenerlo.
De hecho, tal como nos ha desvelado la experta en orden Vanesa Travieso, lo que más transforma un hogar, y tu energía dentro de él, no son las limpiezas profundas esporádicas, sino pequeños gestos que repetimos cada día y que, poco a poco, realizamos casi sin pensarlos.
A Vanesa le gusta llamarlos micro hábitos, acciones pequeñas que, cuando las convertimos en rutina, generan un gran impacto en nuestra casa y en nuestra vida. A continuación, Vanesa nos cuenta cuáles son sus 5 micro hábitos favoritos para mantener el orden y la energía a raya en casa.
1. Haz la cama por la mañana
Aunque parezca una tontería, hacer la cama por la mañana nos aporta numerosos beneficios. Se trata de una acción pequeña con una enorme capacidad para activar la mente, marcar el inicio del día y dar una sensación de logro. No lleva nada de tiempo, es tan fácil y rápido como levantarte, estirar las sábanas y acomodar las almohadas.
En menos de dos minutos, tendrás hecha tu primera tarea del día y la sensación de logro que te proporciona por haber cumplido con tu primer objetivo se trasladará al resto de tus actividades del día. Además, al volver a casa o entrar a tu dormitorio más tarde, lo harás a un espacio visualmente armónico y acogedor.
2. Abre las ventanas
Vanesa apunta que nada de empezar el día con el aire de la casa estancado. Su recomendación es que, nada más nos despertemos, abramos todas las ventanas para que el aire fluya. Este micro hábito no solo renueva la energía acumulada durante la noche y te conecta con el ritmo natural del día, sino que también oxigena tus espacios y tu cabeza.
Incluso en invierno, bastan cinco minutos para que tu casa respire y tú también. Es una forma rápida y sencilla de dar la bienvenida al presente y dejar ir lo que ya no sirve.
Abre las ventanas todas las mañanas para renovar el aire y oxigenar tu mente y tus espacios.
RBA
3. Ordena cinco minutos antes de salir o empezar a trabajar
Antes de salir de casa o sentarte a trabajar, dedica cinco minutos a poner orden. Recoge lo que no esté en su sitio, acomoda los objetos visibles y despeja superficies. Este gesto, aparentemente insignificante, tiene un gran poder: visualmente calma, mentalmente te enfoca y energéticamente limpia.
Vanesa recalca que no se trata de limpiar a fondo, sino de resetear el espacio para que no arrastres el caos al resto del día. Y si trabajas desde casa, lo agradecerás aún más porque te sentirás más ligera mentalmente, más centrada y más productiva.
4. Deja cada cosa en su lugar
Parece fácil, pero cuesta. Usamos algo, lo dejamos "por ahí", y ahí se queda. El problema es que este gesto lo repetimos mil veces y, como te imaginarás, es el gran culpable del desorden silencioso en casa. Vanesa nos aconseja que cambiemos el chip y que, cada vez que terminemos de usar algo, lo devolvamos a su lugar.
El truco para conseguirlo está en no pensarlo demasiado, simplemente debemos hacerlo. Es un entrenamiento diario de orden y disciplina. Cuando cada objeto tiene su sitio y regresa a él, la casa se mantiene ordenada prácticamente sola. Y tú, sin darte cuenta, te sientes más en control de tu espacio y tu energía.
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Cada vez que uses algo, devuélvelo a su lugar de inmediato.
RBA
5. Escribe tres cosas buenas que te hayan pasado al acabar el día
El último micro hábito que nos aconseja Vanesa tiene menos que ver con el orden visual y más con el orden mental y emocional. La experta nos anima a que, cuando finalice el día, escribamos, a mano si es posible, tres cosas buenas que nos han pasado durante ese día.
Aunque haya sido un día difícil, debemos buscar lo positivo: un gesto amable, una comida rica, un mensaje bonito. Este ejercicio 'reprograma' tu foco hacia lo que sí funciona y, poco a poco, transforma tu manera de estar en casa y en tu vida. Vivir en gratitud también ordena: aclara lo que vale, lo que suma y lo que merece permanecer.