Así es el moderno salón de Carlos Sobera: decorado en blanco, tiene una mesa de centro de mármol y una gran librería a medida

Carlos Sobera (64 años) es uno de los presentadores más míticos del panorama español. Últimamente, lo podemos ver todos los martes en Supervivientes: Tierra de Nadie, donde conecta con Laura Madrueño para darnos la última hora sobre la convivencia entre los concursantes. Además, el vasco compagina el concurso con su cita diaria en Cuatro, First Dates, donde anteriormente coincidió con Lidia Torrent.

Sobera es natural de Bilbao (Vizcaya) y sus inicios profesionales estuvieron marcados por el teatro. No fue hasta 1995 cuando empezó en ETB como presentador de Ciudadanos. En 2005, pasó a conducir uno de los concursos más importantes del mundo,¿Quién quiere ser millionario? en Antena 3. En 2016, pasó a Cuatro con First Dates y, desde entonces, no ha parado de cosechar éxitos de audiencias.

Actualmente, Carlos vive en una espectacular casa en la urbanización de Ciudalcampo, al norte de Madrid. En ella vive con su mujer, Patricia Santamarina, con la que tiene una hija en común, Natalia. La vivienda dispone de un gran jardín y unos interiores con mucha luz solar. El salón es el epicentro de la vivienda, ya que es amplio y tiene muebles muy funcionales. Uno de ellos es la librería que está integrada en la pared, en modo hornacina, que destaca por no ocupar nada de espacio y tener mucha capacidad de almacenaje.

Entramos en el salón de Carlos Sobera: contemporáneo y con un sofá grande

Si por algo destaca el salón de Carlos Sobera, es por los detalles que contribuyen a que parezca un espacio diáfano. El presentador tiene unos grandes ventanales, en los que el exterior gana continuidad dentro de la casa. Gracias a estas aperturas, la luz natural está muy presente en todos los recobecos del ambiente. Por otro lado, el vasco ha optado por pintar todas las paredes de blanco, incluido, el techo. Esto hace que la estancia se vea más amplia y moderna. 

Para hacer contraste con el color neutro que predomina en todo el ambiente, Carlos ha puesto algunos detalles oscuros que hacen un buen contraste. Uno de ellos es un jarrón de cristal templado, con acabado negro, que suma mucha sofisticación al salón. En él, encontramos unas barillas que aportan un toque ecléctico y moderno. 

Una buena idea que ha llevado a cabo el presentador, es la de poner el sofá cerca de la ventana. Esta distribución hace que la zona de estar esté siempre bien iluminada. La pieza que ha escogido es un modelo tapizado en blanco hueso, que va a juego con la tonalidad de las paredes. De todos los cojines que tiene, unos son monocromáticos y otros de color burdeos -tendencia en los últimos meses- con un corazón en el centro que pone la nota más dulce.

Para completar la sala de estar, Carlos Sobera ha optado por una mesa de centro de mármol blanco muy elegante. Es baja y dispone de una gran extensión para decorar. El presentador ha puesto una bandeja negra y unas velas de colores que otorgan un toque distintivo a la estancia. 

El salón del bilbaino cuenta con un comedor integrado. Podemos observar que la mesa es de cristal, por lo que no resta amplitud visual al ambiente. Este espacio queda diferenciado de la zona de estar por un mueble situado en la parte trasera del sofá. También es de color blanco y Sobera aprovecha su superficie para poner diferentes detalles decorativos, como jarrones de cristal y plantas. 

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El mueble con mayor capacidad de almacenaje del salón de Carlos Sobera

El mueble con mayor espacio de almacenaje del salón de Carlos Sobera es una librería blanca a medida. Gracias a su acabado neutro, la pared gana continuidad y la pieza parece ser una extensión de la misma. Cuenta con unas baldas horizontales en las que el presentador pone jarrones de cerámica, libros y algunos recuerdos de sus viajes. En la parte inferior, el modelo dispone de unos armarios con puertas que suman un extra para guardar. La librería no ocupa casi nada porque está incorporada en la pared con unos estantes tipo hornacina.

En la imagen, podemos comprobar que el vasco se ha decantado por un estor blanco traslúcido para vestir las ventanas. De este modo, la luz entra sin problemas a los interiores de la casa.