El color tiene la capacidad de transformar la percepción del espacio. Puede agrandarlo, darle luz o calidez, sumar profundidad o hasta elevar el techo. Los colores claros son siempre la mejor elección si quieres una base atemporal y luminosa. Lo principal para acertar es tener clara la orientación de tu casa y que no debes combinar más de 3 colores. ¿Empezamos?

¿Qué colores agrandan una habitación?

Los colores claros son la mejor apuesta si quieres agrandar una habitación. Los colores oscuros o intensos solo funcionan en habitaciones muy grandes. Apuesta por blancos cálidos, tonos arena, colores pastel empolvados y grises muy suaves.
El blanco es tu aliado: si quieres dar color a las paredes, deja el techo y las molduras, las carpinterías y los detalles en blanco. Suavizarás el protagonismo del color.
No combines más de tres colores. En la decoración, añade un tono alegre de acento. Un ejemplo: blanco en el techo, beige en la pared y azul y turquesa en los cojines. El espacio vibrará sin agobiar.

Si tu piso es pequeño... pinta todas las habitaciones en un tono neutro, muy claro o blanco.
Elige el mismo color para las puertas y los rodapiés. Si quieres, puedes subirlo un grado para que destaquen.

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Los blancos con matices, el color crema o el arena claro son tonos perfectos para llenar de luz tu casa. 

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¿Qué tonos dan más luz?

Las gamas cálidas la captan mejor y tienden a generar espacios envolventes y luminosos: blancos con matices, tonos crema, arena, vainilla e incluso los grises con notas de rojo.
Los azules y verdes, por el contrario, pueden crear un efecto tristón. Si los eliges, busca tonos como el salvia o el denim, siempre muy claros y con techos blancos.

El blanco puro es mejor no usarlo: es muy frío. Elígelo luminoso para el techo, y cálido (algodón, marfil..) para las paredes.

¿Qué colores dan calidez?

Si hay bastante luz, puedes arriesgar con un tono medio cálido: bien utilizado, es acogedor y da nivel. El teja claro, el melocotón, el caldera y los tonos arcilla quedan muy bien. Añade un puntito alegre con notas de amarillo limón, azul y mucho blanco en la decoración. 

Si dudas sobre la combinación de colores, sigue la regla del 3: elige un color base para la pared. El mismo, más intenso o más claro, para las telas. Y blanco para la carpintería y el techo.

Salón con molduras y paredes en azul 00480521

Grises y azules quedarán perfectos en tu salón si tiene mucha luz. Prueba su efecto con un tester. 

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Colores que nunca fallan en el salón

Gris, un acierto seguro. Por él no pasan los años: es el neutro con más éxito. Proporciona luz y amplitud y añade un toque estiloso y distintivo. Si te gusta más azulado, como el de la foto, combínalo con tejidos en crema cálido para que no resulte frío y soso.

Si el salón tiene mucha luz natural, quedará genial un verde musgo muy claro: es elegante y acogedor o un azul grisáceo. Prueba el efecto con un tester de pintura: da un poco en cada pared para ver el efecto con la luz (Tester Luxens Forest 3, 2,99 €. L. Merlin).

La apuesta más atemporal. Blancos y grises medios no pasan de moda. El crema muy claro y los tonos arena también resisten bien el paso del tiempo. Y si hay luz, los colores pastelempolvados funcionan muy bien.

Ten en cuenta la orientación de tu salón

Si da al norte: ocre y beige. Los salones orientados al norte reciben luz natural a primera y última hora del día. Los colores cálidos muy claros (ocres, beiges...) la difunden mejor, pe-
ro no olvides combinarlos siempre con blanco en techos y tapicerías.
Si da al sur: gris y azul. Los azules cálidos (denim, pizarra, empolvado) y los grises medios (nube, piedra) suavizan la claridad excesiva y aportan estilo. Si te parece demasiado pintar todo con color, úsalo solo en la pared más luminosa y deja el resto blanco.

Si quieres destacar el comedor

Con pintar de un tono distinto la pared más grande, será suficiente. Escoge un tono cálido y
acogedor, como el ocre rosado. El resto, en blanco. Los colores cálidos y mates son perfectos para el comedor. 

Comedor en color tostado con sillas de medallón 00421412

Destaca la zona del comedor pintando la pared que lo enmarca de un color más subido. 

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Los colores más fáciles de combinar

Si tus muebles son de madera clara o blancos, elige un tono un poco intenso para que destaquen. Por ejemplo, un gris medio. ¿Son oscuros? Un color empolvado los puede hacer destacar. Prueba con rosa, azul grisáceo, verde oliva...
El suelo en tono madera admite cualquier color. Si es de cerámica o piedra, elige tonos neutros y claros para que no choquen.

Si las carpinterías (rodapiés, puertas y ventanas) son de madera, pinta siempre en blanco
o crema muy claro. ¿Son blancas? Puedes arriesgar con algún color.

¿Y las telas? Si son lisas y neutras pegarán con todo. ¿Llevan estampado? En este caso, mejor
elige un color y pinta con él las paredes pero siempre en el tono más claro posible.

Dormitorio acogedor con cabecero de capitoné 00572256

El ocre claro y el vainilla llenan de calidez las paredes del dormitorio. Combínalos con ropa de cama en tonos rosados. 

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¿Qué tonos le van al dormitorio?

Los verdes y azules son perfectos, sobre todo, si la habitación es pequeña. Resultan relajantes y alegres, pero asegúrate de que no quedan fríos. El verde agua (entre verde y azul claro) es
fresco y acogedor, y el azul pastel o empolvado permite muchas combinaciones de color. Mézclalo con blanco, madera y ocre u oro viejo: te encantará.
¿Prefieres cálidos? Los rosas empolvados, pasteles y corales suaves funcionan con madera y acentos vivos (amarillo, menta...); y el ocre claro y el vainilla. Evita los anaranjados intensos.

En la pared del cabecero, si no quieres arriesgar o el dormitorio no es luminoso, pinta solo esa
pared y deja el resto en blanco. Elige un color a juego con los textiles.

Ten en cuenta el color de las cortinas y la ropa de cama

Caídas y estores. Lo mejor es que sean claros, neutros y lisos. Pero si son de un color potente, no metas más en la pared. Píntala en blanco o gris, y el techo, siempre blanco. Un consejo: a veces merece más la pena cambiarlos que pintar la habitación.
Cabecero y colcha. Si son de colores intensos y variados, como en la foto, un blanco algodón o
marfil en la pared los suavizará. No des color a la pared, aunque sea un tono a juego con la cama: lo más probable es que resulte agobiante y empequeñezca.

Dormitorio con molduras y muebles de madera 00501537

Los tonos claros son la mejor base para el dormitorio. Dales calidez con madera y complementos. 

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Trucos que te ayudan a corregir errores

¿El color es triste u oscuro? Si solo has pintado una pared, píntala de nuevo con un esmalte
cubriente en un tono más claro. ¿Son todas? Pinta un zócalo blanco debajo y remátalo con una moldura. Te quedará genial.
Si es muy pálido, añade un poco de tinte del mismo tono a la pintura para ganar intensidad. Da otra mano sobre la anterior; antes, haz pruebas en las paredes y espera a que se sequen para ver el efecto.
No va con los muebles. La única solución es volver a pintar. Para no equivocarte, escoge un tono neutro: gris claro, arena o blanco roto.
¿Muy intenso o chillón? Unas cortinas o estores traslúcidos te ayudarán a matizar la luz. Pero en estos casos, lo mejor es volver a pintar en un tono más relajante. 

Y si tienes papel pintado, puedes pintarlo. Primero mira las juntas entre paneles. Si están despegadas, fíjalas con cola blanca diluida con agua y espera a que seque. Elige una pintura plástica cubriente y de calidad. Si el papel es vinílico, tendrás que aplicar una imprimación (Montó Bricolovers, 24,49 €/4 l, bauhaus.es).