Hacer la colada no es tan sencillo como parece. Muchas personas creen que para lavar la ropa en la lavadora basta con meterla en el tambor, cerrar la puerta, echar el detergente y el suavizante en sus cajetines correspondientes y darle a cualquier programa de lavado. Sí, puedes hacerlo así sin tener en cuenta nada más, pero tus prendas de vestir no te durarán mucho.
Por eso, es importante saber que, cuando las prendas se lavan en la lavadora, son varios los factores los que influyen en su cuidado, apariencia y limpieza. Uno de los que más nos olvidamos es la temperatura del agua porque, aunque no parezca significante, elegir entre agua fría o agua caliente tiene un impacto significativo en tus prendas, la eficiencia energética y el medio ambiente.
Para ayudarte con tu selección te contamos, a continuación, cuándo es mejor usar agua fría o caliente para tus lavados, sus beneficios y qué prendas se benefician de cada opción.
Al lavar las prendas con agua fría preservas más sus colores y no dañas sus fibras.
RBA
¿Es recomendable lavar la ropa con agua fría?
Lavar con agua fría es una opción adecuada para la mayoría de los tejidos del día a día e ideal para lavar prendas de colores. Además, ayuda a reducir el consumo de energía en casa y evita el desgaste de los tejidos, ya que cuida las fibras delicadas.
Ventajas de lavar con agua fría
- Preserva los colores: El agua fría ayuda a mantener los colores de las prendas vivos por más tiempo, ya que no acelera el proceso de desprendimiento de los tintes.
- Mayor cuidado de las fibras: Las temperaturas frías son menos agresivas, lo que es muy beneficioso para preservar la calidad de tejidos delicados como lana, seda o prendas con estampados.
- Previene el encogimiento: Algunas fibras naturales, como el algodón, son propensas a encogerse con el calor. El agua fría minimiza este riesgo.
- Ahorro de energía: Esto es posible gracias a que el agua fría no necesita tirar de energía adicional para calentarse ni subir su temperatura, lo cual se traduce en una factura de la luz mucho más reducida.
- Es más ecológico: Utilizar agua fría reduce la huella de carbono del hogar, contribuyendo al cuidado del medio ambiente.
Prendas que se deben lavar con agua fría
- Ropa de colores oscuros o brillantes, ya que evita que los colores se destiñan o mezclen.
- Prendas delicadas como ropa interior, tejidos de seda o encaje.
- Ropa que no esté muy sucia y que solo necesita un lavado rápido.
- Ropa deportiva o técnica.
- Prendas con bordados o estampados.
- Prendas confeccionadas en tejidos finos como lana, lino o mezclilla.
- Ropa con manchas proteicas, es decir, de sudor o de sangre.
Lava las prendas con agua caliente cuando quieras desinfectarlas o tratar manchas rebeldes.
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¿Es recomendable lavar la ropa con agua caliente?
Por su lado, el agua caliente está especialmente indicada para eliminar suciedad persistente, manchas difíciles y desinfectar las prendas. Aunque no siempre es necesaria, hay ocasiones en las que es la mejor elección para garantizar una limpieza efectiva, pero es necesario saber bien cuándo usarla, ya que podría dañar tejidos delicados y hacer que los colores se desvanezcan.
Ventajas de lavar con agua caliente
- Elimina gérmenes y bacterias: Las altas temperaturas son ideales para desinfectar, especialmente ropa de cama y toallas.
- Descompone grasas y aceites: Las manchas de grasa y aceite se eliminan con mayor facilidad cuando se lavan con agua caliente.
- Muy buena para la ropa muy sucia: Si tienes prendas con barro o suciedad acumulada, el agua caliente mejora los resultados.
- Mayor eficacia de algunos detergentes: Algunos productos están formulados para activarse a altas temperaturas, lo que maximiza su poder de limpieza.
Prendas que se deben lavar con agua caliente
- Prendas muy sucias.
- Prendas con manchas de grasas como paños de cocina o trapos de limpieza.
- Ropa blanca como sábanas, toallas, calcetines o camisetas básicas.
- Ropa interior de algodón.
- Ropa de bebé.
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Con lavados en agua tibia tendrás eficacia sin dañar demasiado las prendas.
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Entonces, ¿cuál es la mejor opción?
Realmente, no existe una respuesta única, ya que dependerá de las características de la ropa y las necesidades específicas de cada lavado. Sin embargo, una regla general es usar agua fría para ropa de colores, prendas delicadas o de uso diario y agua caliente para ropa blanca, prendas muy sucias o cuando sea necesario desinfectar.
Si quieres un equilibrio, puedes optar por lavados con agua tibia, ya que combina lo mejor de ambas temperaturas, es decir, limpia eficazmente sin ser demasiado agresiva con las prendas. De todas formas, te aconsejamos que revises siempre las etiquetas de cuidado de cada prenda y que ajustes la temperatura de acuerdo con las recomendaciones del fabricante.