Los trasteros son espacios de almacenamiento bastante útiles para liberar espacio en casa, ya que nos permiten guardar todos aquellos objetos que no usamos con frecuencia, que son de otra temporada y que solo utilizamos en determinados momentos del año. Por ejemplo, son perfectos para almacenar la ropa de verano o de invierno, las decoraciones navideñas, los artículos para el jardín, herramientas de bricolaje, muebles de exterior, equipos deportivos, etc.
Pero, aunque los trasteros sean espacios muy versátiles y sean clave para optimizar el orden en el hogar, si no les damos una buena organización, el desorden está garantizado. Por desgracia, este desorden en los trasteros pasa con muchísima frecuencia, ya que, como tenemos cierta tendencia a acumular cosas porque nos cuesta desprendernos de ellas, cuando no sabemos qué hacer con un objeto en concreto, nos resulta “más fácil” llevarlo al trastero y ya veremos más adelante qué hacemos con él.
El problema es que vamos acumulando y acumulando tantas cosas en el trastero, que llega un momento en que ni nos acordamos de lo que tenemos allí guardado. Para que veas lo importante que es mantener el orden en el trastero a raya, te vamos a enseñar, a continuación, la transformación tan asombrosa que sufrió este trastero en el que no quedaba libre ni un centímetro del suelo. Tras aplicarle el método KonMari, ahora se ha convertido en un espacio para hacer fitness y gimnasia.
Antes: No había ni un centímetro libre
Este trastero ha sido ordenado por la consultora KonMari Emily Hale. Cuando Emily llegó al trastero de su cliente, el caos se palpaba desde la puerta. No había ni un centímetro libre ni en las paredes ni en el suelo, porque habían hecho un uso descontrolado del espacio metiendo objetos de diferentes índoles y sin una clasificación clara.
Había de todo: cajas de cartón abiertas y apiladas de forma irregular que no permitían acceder a los artículos, cosas sueltas, varios armarios apoyados en la pared y con todos sus estantes abarrotados de cosas de todo tipo mezcladas: libros, vinilos, juegos de mesa, etc.
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Después: Un amplio espacio para hacer fitness
La misión que su cliente le dejó encargada a Emily con respecto a su trastero era bastante clara: quería convertirlo en un espacio para hacer fitness y ejercitarse. Para hacer esta transformación radical, Emily se basó en los principios del método KonMari de Marie Kondo. Por eso, lo primero que hicieron fue sacar todas las cosas del trastero y vaciarlo por completo. De esta forma, les sería mucho más fácil hacer una limpieza a fondo.
A continuación, el dueño tuvo que evaluar cada uno de sus objetos de manera individual para decidir qué eliminaba, porque no era funcional o no aportaba valor al nuevo propósito del lugar, y qué conservaba, que estuviera relacionado con sus nuevos objetivos de ejercicios y entrenamientos.
Después de realizar este paso tan importante de evaluación y descarte, el espacio fue despejado al máximo, se retiraron cajas y objetos voluminosos para crear una zona amplia y libre de distracciones. Además, los muebles grandes no esenciales también fueron descartados y, en su lugar, se instaló una cajonera vertical supergrande para almacenar, de manera oculta, todo aquello que sí se quedaba y que necesitara tener un lugar asignado.
Por último, se incorporaron elementos básicos para el fitness, como un banco para ejercicios, pesas y balones de estabilidad. Los accesorios pequeños, como bandas elásticas y cuerdas, se guardaron en una caja transparente etiquetada para garantizar un acceso rápido a estos objetos mientras se mantiene el resto del espacio libre y despejado.