Ana García, interiorista

La interiorista Ana García tiene claro que para hacer una reforma es tan importante un decorador como un albañil.

@anagarciainteriorista

Profesiones totalmente diferentes

Ana García, interiorista: "La frase que más he oído en mi trayectoria ha sido, ¿para qué necesito un interiorista, si ya tengo un albañil?”

Si tienes pensado hacer alguna reforma en casa o empezar una obra nueva desde cero, además de contratar al albañil, también deberías contar en el equipo con un interiorista. Ambas figuras son necesarias para diseñar la casa de tu sueños

Ana García es interiorista y, en todos los años que lleva dedicándose al diseño de interiores, la pregunta a la que se ha enfrentado más veces durante su trayectoria profesional ha sido: “Si ya tengo al albañil, ¿para qué necesito un interiorista?” Entiende que, por falta de desconocimiento, cuando una persona va a reformar su casa o construir una desde cero, piensa que con contratar a un albañil es más que suficiente y que todo queda resuelto.

Obviamente, contratar un albañil es esencial para levantar paredes, colocar suelos o alicatar un baño, pero si no existe detrás un proyecto diseñado a conciencia, el resultado final será una casa sí, pero una casa sin personalidad, sin coherencia entre funcionalidad y estética y sin estar ajustada a las necesidades individuales de los propietarios. El papel de un interiorista, como nos contará a continuación Ana, es fundamental para embellecer el espacio y pensar cómo se va a vivir en él.

 

Salón de estilo contemporáneo con sofá en forma de L y mesa de centro cuadrada

Para llevar a cabo obras en casa o una reforma es importante contar tanto con un interiorista como con un alabañil. 

RBA

El interiorista diseña, el albañil ejecuta

A la hora de reformar una vivienda o de crear una desde cero, es importantísimo contar con una figura como el interiorista, ya que es quien se encargará de diseñar tu proyecto, cien por cien personalizado y ajustado a tus deseos. Para ello, un interiorista estudia tus hábitos, tu estilo de vida, tus gustos y necesidades antes de mover una sola pared. Tiene en cuenta cómo te gusta cocinar, si trabajas desde casa, si tienes niños o mascotas, qué tipo de luz te gusta o qué te relaja o qué te molesta.

Todo lo anterior determina decisiones de diseño que influyen directamente en la distribución, los materiales, la iluminación, el almacenaje, los acabados y la circulación del espacio. Además, el interiorista es quien anticipa problemas antes de que aparezcan: si un tabique entorpece la luz natural, si una puerta abrirá mal, si no hay suficientes enchufes o si la campana de la cocina no está bien ubicada. Detalles que, cuando no se piensan a tiempo, pueden acabar en errores costosos y dolores de cabeza innecesarios.

 

Por su lado, el trabajo del albañil es más técnico, no está formado para definir todo lo anterior, necesita partir de un plan previo, que es el que prepara el interiorista. Básicamente, podría decirse que el albañil es quien transforma en realidad el proyecto ideado por el interiorista. Su conocimiento sobre estructuras, materiales, niveles y acabados es imprescindible.

Un albañil sabe cómo levantar un tabique recto, cómo asegurar un buen aislamiento o cómo resolver una humedad. Sin embargo, no tiene por qué decidir si ese tabique va o no ahí, o si ese tipo de suelo combina con el resto del espacio. No es su responsabilidad definir la estética ni la funcionalidad del conjunto, sino ejecutar correctamente lo que se ha diseñado. Por eso, cuando el trabajo de un buen albañil se une al de un interiorista, el resultado es sólido, funcional y derrocha belleza.

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Ambas figuras profesionales, albañil e interiorista, son necesarias para diseñar y construir la casa de tus sueños

Ambas figuras profesionales, albañil e interiorista, son necesarias para diseñar y construir la casa de tus sueños

RBA

Ventajas de contratar a un interiorista

Como resumen, aquí te dejamos las ventajas principales que obtendrás al contratar, además de a un albañil, a un interiorista en tu reforma u obra nueva:

  • Diseño personalizado: El interiorista adapta cada espacio a tu estilo de vida, gustos y necesidades.
  • Visualización previa: Ofrece planos, renders y propuestas para que visualices el resultado antes de ejecutar.
  • Optimización del espacio: Aprovecha cada rincón para lograr funcionalidad sin renunciar a la estética.
  • Coherencia visual: Unifica materiales, colores y formas para lograr un ambiente armonioso.
  • Planificación eficiente: Evita errores, improvisaciones y cambios costosos durante la obra.
  • Ahorro de tiempo y dinero: Gracias a una buena previsión, evita gastos innecesarios y retrasos.
  • Coordinación de gremios: Supervisa y guía a los distintos profesionales para que todo encaje según el plan diseñado.
  • Soluciones técnicas y estéticas: Resuelve desde la distribución hasta la iluminación y los acabados.