Con la despedida del verano, empezamos a cambiar los planes al aire libre por estar más tiempo en casa. Y es normal, el frío, las lluvias y las menos horas de luz nos invitan a vivir unos meses de recogimiento al calor de nuestro hogar. Eso sí, todas tenemos un miedo común en esta época del año: la factura de la luz.
Y es que en invierno, para calentar la casa, encendemos muchas horas seguidas la calefacción, lo que termina en un indeseado incremento en la factura mensual. Para ayudarte a mantener la casa calentita con un consumo razonable de energía, queremos presentarte las cortinas térmicas, un tipo de cortina aislante del frío y del calor que te permiten ahorrar entre un 40-50% en la factura de la luz en invierno e, incluso, bajar en más de 5º C la temperatura en los meses de verano.
¿Qué son las cortinas térmicas?
Las cortinas térmicas son un tipo de cortina diseñada específicamente para mejorar la eficiencia energética de los hogares. Es decir, su objetivo final es subir la temperatura interior de la casa sin necesidad de encender tantas horas la calefacción. Para conseguirlo, estas cortinas están fabricadas con materiales que regulan la temperatura interior bloqueando el frío en invierno y el calor en verano.
Es decir, estas cortinas aislantes del frío y del calor actúan como una barrera entre el ambiente interior y las ventanas, los puntos más débiles de toda casa en cuanto a pérdida de energía. Otro punto muy positivo de estas cortinas térmicas es que también suelen venir con otras características bastante útiles, como bloqueo de la luz solar o reducción del ruido exterior.
Composición de las cortinas térmicas
Para poder aislar los interiores del frío y del calor, las cortinas térmicas están confeccionadas con varias capas de materiales que, combinados entre sí, generan este efecto aislante. Para que te hagas una idea, las cortinas térmicas suelen estar compuestas de estas tres capas:
- Una capa de tela exterior: Se trata de la capa visible de la cortina y suele estar hecha de materiales como algodón, poliéster o una mezcla de los dos. Estos tejidos son los que se encargan del aspecto estético de las cortinas y suelen ser gruesos para dar un apoyo extra al aislamiento.
- Una capa con revestimiento térmico: Esta es la capa más importante de la cortina térmica y puede ser de espuma, algodón grueso, fieltro, goma o acrílico. Estos materiales son perfectos para impidir que el calor o el frío se transfieran fácilmente a través de la cortina.
- Una capa con revestimiento opaco: Por último, muchas cortinas térmicas también incorporan una capa opaca que bloquea la luz solar, lo que las convierte en una excelente opción para habitaciones donde se necesita más oscuridad e intimidad, como el dormitorio. Suele ser de algodón o vinilo.
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Ventajas de las cortinas aislantes térmicas
Las cortinas térmicas vienen muy bien para cualquier casa, aunque son especialmente recomendables para vestir y aislar aquellas ventanas que no tienen persianas ni doble cristal. Por mencionar algunas de sus ventajas principales:
- Su gran capacidad para reducir el consumo de energía en el hogar, ya que calientan la casa sin necesidad de usar la calefacción en invierno o el aire acondicionado en verano.
- Evitan las corrientes de aire, haciendo que los espacios sean más agradables y confortables.
- Muchas cortinas aislantes también tienen la capacidad de reducir el ruido exterior, es decir, son capaces de amortiguar el sonido.
- Muchos modelos cuentan también con protección contra la luz solar, lo que es perfecto para proteger muebles y dar más oscuridad.
- Gracias a los materiales resistentes que se utilizan en su fabricación, las cortinas térmicas tienden a ser más duraderas que las cortinas convencionales.
- Son muy fáciles de instalar, de hecho, se colocan de la misma forma que cualquier cortina de diseño convencional.