Los cuadros son claves para transformar un espacio sin vida en un lugar lleno de estilo. Una gran obra en solitario se convertirá en la protagonista del espacio, mientras que una composición de cuadros o láminas dará color y mucha más vida a cualquier pared. Por regla general, debes colgar los cuadros a la altura de los ojos e integrarlos a la decoración por algún elemento en común, como puede ser el color, la temática...
En la pared del sofá, ¿mejor uno o varios?
La pared de detrás del sofá es una de las más destacadas de toda la casa. Elijas la opción de un solo cuadro o de varios, lo más importante es que no sobresalgan más allá del ancho del sofá.
En cualquiera de los casos, no deben sobrepasar el ancho del sofá. Si se trata de un solo cuadro, mejor horizontal, de un tamaño proporcionado y bien centrado. Deja 20-30 cm desde el respaldo del sofá hasta la parte inferior del marco para que quede equilibrado dentro del espacio.
Si te decides por una composición de cuadros, pon los más grandes en la parte central de la pared y alrededor los más pequeños. Debes dejar entre ellos unos 5-10 cm. Para distribuirlos bien, marca una línea horizontal imaginaria en el centro.
Composiciones de cuadros que no fallan
Puedes optar por una composición de cuadros simétrica, es decir, que reproduce una forma geométrica, como un rectángulo o un cuadrado. Opta por cuadros en los mismos motivos y colores para conseguir que el resultado sea armónico. Lo ideal es que los coloques alineados a la misma altura.
Si prefieres una composición asimétrica tendrás que combinar cuadros con formas y tamaños distintos que pueden, o no, formar una figura geométrica. Para que te quede dinámica y no caótica, debes asegurarte de que los espacios entre los cuadros son idénticos. Para que el resultado sea dinámico, lo ideal es que coloques los más grandes lo más centrados que puedas.
Prueba antes de colgar
Es importante de que estés seguro de donde vas a colocar los cuadros antes de colgarlos, por eso debes probar y asegurarte bien. Si es un solo cuadro, pídele a alguien que lo sujete mientras tú haces una foto con el móvil para ver como queda. Si la ubicación te convence, marca con lápiz un par de esquinas para luego acordarte.
Si quieres colgar una composición de cuadros puedes hacerte una idea de cómo quedará con siluetas de papel. Dibuja con papel la forma de tus cuadros y luego recórtalas. Puedes fijarlas a la pared para ver el resultado o bien hacer pruebas en el suelo con ellas para ver (y medir) donde luego irán los colgadores.
¿Con marco o sin marco?
Si optas por una sola obra con mucha presencia, puedes dejarla sin marco porque, seguramente, el propio cuadro ya tendrá suficiente fuerza para destacar. Para obras medianas o más pequeñas, los marcos y los paspartús te ayudan, no solo a que parezcan más grandes, sino también a llenarlos de estilo.
En una composición de cuadros, por ejemplo, te pueden ayudar a darle un nexo común a obras muy distintas que así comparten algún material o color. También pueden cambiar su estilo: más clásico si eliges un marco dorado; más natural con marcos de madera o con look moderno con un marco negro. Existen muchas posibilidades.
Elige bien la temática y el color
Depende del estilo y de lo que quieras reflejar en tus paredes. Los paisajes o temáticas botánicas en tonos fríos aportan serenidad y están de tendencia. Mientras que una composición colorista romperá la monotonía de los tonos neutros.
Los cuadros más minimalistas quedan bien si quieres darle a tus paredes una nota más actual, lo mismo que las combinaciones en blanco y negro, que siempre resultan elegantes.
Si quieres poner cuadros sobre el cabecero
Cuando cuelgues cuadros en la pared del cabecero, asegúrate de que el centro del cuadro queda a unos 160 cm del suelo. Si quieres destacar solo uno, deberá ser bastante grande para quedar proporcionado con el espacio. Un truco decorativo para que te quede bien es coordinar sus colores con el de la ropa de cama.
Si, por el contrario, optas por 2-3 cuadros colocados en horizontal con la misma temática, conseguirás transmitir simetría y calma a la estancia. Otra opción muy decorativa es apoyarlos cuando tienes un cabecero a medida con una repisa que usas parar decorar.
También en el recibidor
Usa los cuadros para llenar de estilo también el recibidor. Puede ir en una pared vacía, para dar color y decorar sin restar espacio, o bien sobre una consola (colgados o apoyados).
Para que te queden bien debe medir, aproximadamente unos 2/3 el tamaño del mueble que enmarca. Es decir, que si tienes una consola de unos 90 cm de ancho, el cuadro no podrá tener más de 60 cm de ancho. Colócalo centrado sobre el mueble y a la altura de los ojos.
Cuadros en el pasillo para ensanchar
Si el pasillo es largo y estrecho, combina 4-5 cuadros de tamaño y motivos distintos, haciendo una composición asimétrica en una de las paredes. De este modo, crearás movimiento y acortarás visualmente el espacio. En la escalera, un truco es hacer una composición que siga la inclinación de la barandilla, para así aprovechar la verticalidad.
¿Cómo debes colgarlos?
Si el cuadro es grande o mide más de 50 cm de ancho, lo mejor es que utilices dos anclajes en los lados superiores para repartir el peso.
Si no quieres hacer agujeros, usa tiras, ganchos o clavos adhesivos. Son perfectos para colgar cuadros pequeños, pero también obras de más peso (entre 0,5 y 4 kilos).
También hay sistemas específicos para las paredes de Pladur que van provistos de unos 'dientes' que se aseguran perfectamente (Fischer fija cuadros, 4,50 € en bricodepot.es).
Si vas a cambiar los cuadros de ubicación a menudo, lo mejor es que utilices cintas de doble cara, te permiten despegarlas de la pared para cambiarlas de sitio. Son extrafuertes y resistentes al agua.