Es importante que repases tu baño a diario. Presta especial atención al lavamanos, basta con que pases una bayeta para quitar las salpicaduras de agua y los restos de jabón, y, sobre todo, al inodoro. Puedes tirar un producto desinfectante y repasar el interior con la escobilla del baño. Ventila bien después de ducharte y bañarte y cambia las toallas, al menos, dos veces por semana.
El lavamanos perfecto a cualquier hora
Al menos una vez a la semana, conviene desinfectarlo con un limpiador clorado o que sea bactericida, o bien, lavarlo con lejía rebajada en agua. Usa una esponja de fibra suave y luego sécalo para que no queden marcas de gotas.
Lo mantendrás más tiempo limpio, si le aplicas con un trapo un poco de cera líquida. Deja que actúe durante unos minutos y luego frota con fuerza con otro paño de algodón seco para sacarle brillo, verás que la suciedad le “resbalará”.
Cuidados para la encimera
Evitarás que se estropee si limpias la parte inferior de los botes y frascos antes de ponerlos sobre ella; así no dejarán marcas. Otro consejo es que tengas siempre a mano papel absorbente por si se derrama algo (maquillaje, esmalte de uñas, acetona...) y que lo limpies al instante, antes de que penetre en la encimera.
Si es de mármol, puedes aplicarle un tratamiento impermeabilizante, de este modo las manchas no le penetrarán. Su efectividad dura entre uno y tres años por lo que conviene ir renovándolo.
Si es de madera, se debe nutrir, por lo menos, dos veces al año para protegerla, revitalizarla, recuperar su brillo y que se mantenga impecable.
Y NO TE OLVIDES DE...
• Cambiar las toallas. Habría que hacerlo cada tres días. Y evita las alfombrillas.
• Limpiar las jaboneras. Casi siempre están húmedas. No olvides limpiarlas con un poco de vinagre cada semana.
Bañera y ducha, limpias y brillantes
¿Sabes cómo mantenerla limpia y, a la vez, proteger el esmalte? Pues vigilando con los productos que utilizas, ya que los limpiadores muy potentes o abrasivos pueden estropear el esmalte.
Lo mejor es usar un detergente suave no agresivo, o agua y vinagre. Por la misma razón, usa siempre esponjas de fibra suave o bayetas. Si notas que las juntas se ponen oscuras, prueba a frotarlas con la misma mezcla pero caliente.
La mampara sin marcas
Después de la ducha siempre hay que enjuagarla para eliminar todos los restos de jabón, y secarla bien con un paño de microfibra o bien con un accesorio limpiacristales.
Si la mampara es corredera, también deberías limpiar y secar bien los rieles. Así evitarás que aparezca moho y que la suciedad se acumule, obstruya las guías y sea complicado abrirla.
Lo ideal es que tenga un tratamiento antigotas. Si no lo tiene, límpiala con un producto antical y una esponja suave, al menos una vez a la semana. Después de limpiarla, es muy eficaz frotarla con un algodón empapado en alcohol de quemar para que aguante más tiempo sin marcas de agua ni cal.
Un truco casero: si pasas una patata pelada por el cristal, las gotas de agua resbalarán y no se quedarán marcadas.
Y si tienes una cortina
Aclárala después de cada ducha, mejor si es con agua salada para evitar que le salgan hongos. Además, ventila muy bien el baño para que no se quede húmeda mucho tiempo. Y si es de un material lavable, ponla en la lavadora al menos una vez al mes.
La parte inferior de la cortina es la que más se ensucia y se estropea. Para limpiarla, frótala con una esponja con bicarbonato y aclara después con agua salada. El agua oxigenada es otro remedio que resulta eficaz.
Limpia el inodoro a diario para eliminar los gérmenes
Para asegurar la limpieza y la higiene hay que desinfectarlo cada día, sobre todo si lo usan varias personas. Diluye una taza de bicarbonato en dos litros de agua y échalo en el inodoro. Déjalo actuar durante una hora y enjuaga vaciando la cisterna. Además de limpiar a fondo, te ayudará a eliminar los malos olores.
Otra solución natural es verter vinagre caliente con sal gruesa. Deja actuar unos minutos y luego repasa los rincones con la escobilla. También puedes usar lejía rebajada con agua, o algún producto específico para el inodoro con desinfectante. Y acuérdate de limpiar la taza por fuera y el mecanismo de la cisterna.
Ten las griferías brillantes y sin rastro de cal
Los cromados quedarán brillantes, limpiándolos con zumo de limón y aclarándolos. Usa un cepillo pequeño para llegar a todos los recovecos. Los que no uses mucho, frótalos con vaselina.
Para que no se obstruyan, lava el filtro con agua y vinagre, así no se acumulará ninguna impureza.
Reduce los efectos de la cal
Una vez al mes revisa los grifos: desmonta la manilla y limpia con un cepillo y agua los filtros del cartucho y los del aireador. También la alcachofa de la ducha. Lo ideal es que las desenrosques y la frotes con limón. Y pincha con una aguja los agujeros para quitar la cal reseca.
Si un grifo gotea puede que se hayan desgastado las juntas. Es fácil cambiarlas: suelta el embellecedor para acceder al cartucho interior, desenrosca el tornillo que sujeta la junta y sustitúyela por la nueva.
No te olvides de los azulejos ni las juntas
Azulejos, caliza o mármol
Estarán más tiempo limpios si aprovechas el vapor que queda tras la ducha para pasarles un paño de microfibra. Así, solo tendrás que limpiarlos a fondo una vez cada 15 días.
Para una limpieza más profunda, llena un cubo de agua y añade 2-3 tapones de amoniaco, limpia con una bayeta o paño humedecido y seca con otro. También les darás brillo.
Repasa las juntas
Aunque el resto del baño esté limpio, si las juntas no lo están, no lucirá igual. Frótalas con un cepillo de dientes o de uñas y una pasta hecha a base de bicarbonato y agua. Luego aclara bien con una bayeta y ¡como recién puestas!
Si quieres recuperar el blanco, repásalas con un rotulador específico para juntas. Aplica dos capas, dejando secar una hora entre una y otra.
Cuando rellenes alguna con silicona, pasa luego por ella el dedo humedecido en agua y jabón para retirar el sobrante y que quede perfecta.
No descuides el suelo
Aquí siempre caen salpicaduras de todo tipo, por lo que conviene fregarlo, como mínimo, dos o tres veces por semana para desinfectarlo a fondo.
Llena medio cubo con agua templada y añade un chorrito de fregasuelos, unas gotas de amoniaco y limpia normalmente. Después, seca con la fregona escurrida y listo.
Identifica los tres enemigos de tu baño
Moho: acaba con él
Si sale en las juntas, la pared o el techo, elimínalo frotando con un cepillo de raíces y lejía diluida en agua; deja secar y da un protector antimoho. Si tienes que pintar esa zona de la pared o techo; aprovecha y usa pintura plástica antimoho.
Óxido: acorta la vida de las griferías
Si afecta a los grifos, hay productos específicos que los protegen y dan brillo. Si el óxido está en el sanitario, aplica directamente vinagre y con una esponja empapada en agua frota la zona hasta eliminar la mancha.
Cal: que no se instale en tu mampara
Lo ideal es que incorpore, de fábrica, un tratamiento antical. Si no, puedes aplicarle un protector líquido que crea una película y repele cal y suciedad.