La primera impresión es lo que cuenta. Y la segunda y la tercera también... No hay excusas para no tener una buena educación cuando visitamos una casa ajena, ya sean amigos de confianza o personas que acabamos de conocer. No está de más recordar que cuando nos invitan a pasar un buen rato a otro hogar, también debemos cuidar el espacio como si fuera nuestro.
No se trata de ponerse a limpiar toda la casa o a cambiar los muebles de lugar (¡eso jamás!). Pero sí es importante mantener ciertas normas de educación y, sobre todo, mostrar empatía en la limpieza y el cuidado de los objetos. Estos son algunos de los consejos que nos han transmitido de generación en generación para ser un excelente huésped cuando nos invitan a comer o a compartir en el hogar de otras personas. ¿Cuál de estos ya has puesto en práctica?
1. ¡Fuera zapatos!
Consulta a los anfitriones si prefieren que te saques los zapatos o no.
IKEA
No es lo más habitual, pero en muchas ocasiones los dueños nos piden descalzarnos antes de entrar. Y tiene todo el sentido del mundo. Los zapatos guardan ácaros, bacterias y suciedad del exterior en las suelas. Incluso en nuestras propias casas es conveniente sacárselos y vestir con pantuflas o calcetines gruesos. El suelo se mantiene limpio por mucho más tiempo y podemos caminar mucho más cómodos por todos los rincones del hogar.
Si llegas a visitar otra casa y no te piden descalzarte, siempre pregunta. Quizás a las personas se les ha olvidado ofrecerte zapatillas de estar por casa. O, tal vez, no es costumbre para ellos el andar descalzos en casa. No pierdes nada con preguntar.
2. Ofrece ayuda para retirar los platos
Ayudar a recoger los platos siempre será bien visto. Pregunta antes a los anfitriones.
RBA
Algunas personas pecamos de insistencia, pero otras ni siquiera ofrecen ayuda cuando han terminado de comer. ¡No cometas este error! Nunca viene mal que alguien nos eche una mano recogiendo la vajilla sucia y ordenando un poco la mesa. Si ya lo has experimentado en tu casa, entiendes de lo que hablo.
Ayudar a colocar los platos en el lavavajillas, estirar el mantel o limpiar las migas de la mesa pueden ser pequeños gestos que marcan la diferencia. Eso sí, siempre conviene respetar el deseo de los anfitriones si prefieren que nadie los ayude y así lo expresan.
3. Ojo con el baño
Deja el baño tal y como lo encontraste: sin restos de agua y jabón en el lavamanos.
RBA
Con las prisas, puede que cuando vayas al baño de invitados dejes el lavamanos mojado o con restos de jabón. Este detalle se nota cuando la otra persona entra al cuarto y es su turno de usarlo. Todos sabemos lo desagradable que es acceder al baño y que esté lleno de agua. Cuando termines de lavarte las manos, fíjate que no haya quedado agua repartida por la encimera. Un microsegundo de atención puede facilitar la vida de los otros invitados y de los dueños de casa.
4. Abrigos y bufandas en orden
Recibidor con armario de madera para mantener el orden. Deja hueco para tus invitados.
RBA
El momento de entrar a una casa ajena es muy importante. A veces, con la emoción del momento y tras saludar a los demás asistentes, olvidamos la ropa de abrigo y los accesorios que traemos con nosotros. Dejar el bolso, la bufanda u otros elementos en orden, es clave para ahorrar tiempo a los anfitriones. Si no hay un perchero en el recibidor, consulta dónde puedes dejar tus pertenencias para no causar desorden en el salón o en el comedor.
5. Servilletas y posavasos... ¡úsalos!
Posavasos modelo Tresa de Kave, perfecto para proteger la mesa y otras superficies.
Kave Home
Parece una obviedad, pero los posavasos y las servilletas están para ser utilizados. La mejor manera de conservar limpio nuestro puesto de la mesa es usando los utensilios destinados para eso. Los posavasos, en particular, protegen los muebles de mancharlos con líquidos. Aprovéchalos, al igual que los individuales.