Guía fácil para limpiar tus ventanas y espejos y conseguir unos cristales BRILLANTES

Ventanas limpias con menos esfuerzo

Sigue el orden correcto

Empieza la limpieza por los perfiles: mira el material y déjalos perfectos.
Si los perfiles son de aluminio, puedes hacerlo con una esponja humedecida en agua templada y detergente. En caso de que estén muy sucios, mezcla dos partes de amoniaco, una de alcohol de quemar y dos de agua.

Para ventanas de madera usa productos específicos. Cuando el barniz está en buen estado, puedes pasar una bayeta muy escurrida con jabón neutro. Seca bien y, un par de veces al año, aplica una cera líquida para abrillantar y nutrir el material.

En las de PVC usa una bayeta con agua caliente, unas gotitas de lavavajillas y un chorrito de amoniaco. Y no olvides limpiar las bisagras y los tiradores. Y una vez al año échales un lubricante tipo 3 en 1 para engrasarlos.

Los mejores productos de limpieza

Los limpiacristales los dejan perfectos. Déjalos actuar 15 segundos y pasa el paño sin frotar mucho. Si están muy sucios, límpialos antes con agua y amoniaco. Si prefieres no usar limpiacristales, también puedes usar agua y alcohol (dos tapones por cubo) o una mezcla de agua y vinagre.

Es importante secarlos bien con un trapo limpio o papel de cocina (el de periódico, aunque los deja brillantes, a la larga puede rayarlos).

TRUCOS INFALIBLES

• Usa un kit de cristalero si los cristales de tu casa son muy grandes o numerosos.

• Emplea un estropajo suave para limpiar los perfiles. Así evitarás que se rayen o que queden mates.

Cómo limpiar ventanas fijas y correderas

Las correderas se pueden lavar sin sacarlas de los perfiles. Primero limpia la mitad de un cristal y desplázalo al otro lado. Tráete el otro y limpia esa mitad. Después haz la misma operación al otro lado. Si decides desmontar las hojas, irás más rápido si las lavas en la ducha (sobre la alfombrilla para no dañarlas).

Cuando se trata de ventanas fijas, es posible que no llegues a la parte exterior: prueba con un limpiacristales magnético, dos esponjas unidas por un imán que limpian al mismo tiempo ambas caras del cristal.

Para un mejor resultado

Elige un día nublado para hacer la limpieza de los cristales; si no, el sol se reflejará en ellos y te impedirá ver las manchas y las ráfagas que quedan al pasar el trapo.

Usa dos paños, uno para limpiar la parte interior y otro para la exterior. Que sean de algodón o de microfibra, que no dejan pelusas.

Cómo quitar pintura y barro

Si son manchas de pintura, actúa rápido y no dejes que se resequen. Ráspalas con un rasca vidrio (no se arañarán) y después frota con un paño humedecido en agua caliente.

En caso de barro procede al contrario: deja secar la mancha, pues si tratas de quitarla en húmedo puedes rayar el cristal. Una vez que se haya endurecido, elimínalo con el rasca vidrio y lava el cristal con agua y un chorrito de vinagre.

Limpia los cuarterones fácilmente

Aspira el polvo de los marcos de los cristales con un aspirador y después inicia la limpieza por arriba, en las horizontales. Si lo haces en columnas verticales, tendrás que estar agachándote y levantándote constantemente y el trabajo se hará muy pesado.
Limpia cada cristal con una esponja y agua jabonosa hasta que termines la fila. Luego retira con una goma de cristalero o con un paño limpio en ese mismo orden y seca la humedad que pueda quedar en el marco.

TRUCOS INFALIBLES

• Utiliza un rodillo con mango extensible para llegar a las zonas más inaccesibles. Evitarás los accidentes.
• Una toallita desmaquillante va genial para limpiar los acabados de espejo.

Los errores que debes evitar al limpiar los cristales

Mejor que los cristales no se sequen al aire. Para evitar que queden marcas de gotas o restos de productos, siempre hay que secar los cristales después de limpiarlos con un paño de algodón que no deje pelusa, con uno de microfibra o papel de cocina.

El papel de periódico puede rayar.  Sí, seca muy bien y deja los cristales muy brillantes. El problema es que al ser un papel muy grueso, puede ir haciendo micro arañazos en la superficie que a la larga dejarán el cristal mate y será difícil recuperarlo. Así que úsalo si no tienes a mano una bayeta u otro papel.

El limpiacristales no siempre es lo mejor. Si hay barro o manchas creará una especie de pasta que será muy difícil de limpiar. Mejor que retires primero la suciedad con una bayeta muy húmeda.

Espejos como nuevos con un mantenimiento diario

Puedes repasarlos cada día con agua o limpiacristales, que extenderás con una gamuza de microfibra o una esponja sin empapar, ya que podrían producirse manchas negras.

Lo importante es que lo seques bien con un trapo de algodón blando, sin hilos. Si está muy sucio, añade al agua jabón neutro.

Una solución casera muy efectiva es limpiarlo con una mezcla de dos partes de agua y una de vinagre blanco. El vinagre es un repelente natural del polvo y mantendrá el espejo limpio.

Cuando el espejo se ha rayado o picado

Si se ha rayado: aplica sobre el arañazo un poco de vaselina o de pasta de dientes con ayuda de un bastoncillo de algodón. Espera hasta que se seque bien y retira con un trapo limpio.
Si se ha picado por la humedad. Aplica en la trasera un barniz que lo impermeabilice y, luego, disimula las manchas pegando por detrás trocitos de papel de aluminio. 

Muebles con cristal, impolutos toda la semana

¿Tienen manchas resistentes? Los productos habituales para cristales pueden ser insuficientes si hay restos de comida o de cera.

Si están muy sucios, usa esta solución casera. En medio litro de agua caliente, diluye una cucharadita de almidón (lo encuentras en droguerías) y limpia la superficie con una esponja empapada en esa mezcla. Deja secar y a continuación, retira con un papel de cocina impregnado con vinagre blanco.

Sin marcas de dedos 

La grasa de los dedos es la que queda marcada en los cristales al tocarlos. Para eliminarla, lávalos con agua en la que hayas vertido unas gotitas de lavavajillas y el zumo de medio limón. Como son desengrasantes, van genial.

¿Se han quedado mates? ¡Consigue que brillen!

Cuando el sobre de cristal de una mesa o las puertas de una vitrina se han quedado apagados, ya sea por el uso o por el paso del tiempo, podrás recuperar su brillo con aceite.

Humedece un paño con aceite de linaza o de oliva, frota el cristal con él y deja actuar durante 1 hora. Retira con un papel de seda y limpia y sécalos como lo hagas habitualmente. Te sorprenderás de lo bien que quedan.

Las lámparas de araña

Apaga la luz y deja enfriar las bombillas. Cubre bien el suelo y pulveriza con un producto especial para limpieza de lámparas delicadas, evitando los cables. Deja que actúe y la suciedad caerá sobre los periódicos.

Ponte unos guantes de algodón que no suelten pelusa y seca los cristalitos para que no queden empañados.