No nos cabe la menor duda de que todos somos conscientes y sabemos que tener un hogar limpio, organizado y en orden es imprescindible para la higiene doméstica y la estética general del mismo, pero, ¿sabías que este orden y esta limpieza también puede afectar a tu salud mental?

La ciencia lleva tiempo hablando de esta influencia y, después de numerosos estudios afirmando esta estrecha relación, ha llegado a la conclusión de que cuanto más ordenada y limpia esté la casa, más felices somos.

Para conseguirlo sin agobios ni presiones, te contamos, a continuación, 3 sencillos hábitos de orden y limpieza que son muy fáciles de incluir en la rutina del día a día. ¡Toma nota!

La estrecha relación entre una casa ordenada y la salud mental

La ciencia ha demostrado, en muchísimas ocasiones, la estrecha relación que existe entre una casa limpia y ordenada y la salud mental. De hecho, seguro que tú misma te has sentido más relajada y menos estresada cuando has tenido toda la casa ordenada y limpia. Por ejemplo, uno de estos estudios científicos demostró que las personas que viven en hogares donde reina el desorden, tienen mayor tendencia a la procrastinación y se sienten más insatisfechos con sus vidas.

También hay otro estudio publicado en The Journal of Neuroscience que avala que el desorden impide que nuestro cerebro se enfoque en lo que debería, lo que ocasiona en las personas más fatiga, más depresión y unos niveles más altos de la hormona del estrés, el cortisol. Frente a estos datos, también hay otros que nos dan más esperanza, como los arrojados por este último estudio, en el que se demostró que las personas que fueron partícipes en dicho experimento, el 64% se sentían menos estresadas después de limpiar y el 51% más relajadas.

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Estos son los 3 hábitos de orden de las personas felices

Te animamos a que leas muy bien los 3 hábitos de orden y limpieza que llevan a cabo las personas felices, seguro que si pones en práctica alguno de ellos, conseguirás vivir en un lugar con un ambiente más tranquilo y relajado y, por tanto, tu nivel de felicidad aumentará:

1. Tienen una rutina de limpieza general

Es muy necesario establecer una rutina de limpieza propia. Esto no quiere decir que tengamos que limpiar la casa a fondo todos los días, lo ideal es buscar un método de organización que nos permita separar o distribuir las tareas de orden y limpieza en varios días. Por ejemplo, puedes dividir la casa en secciones o por habitaciones y asignar días de limpieza para cada una de ellas.

También puedes clasificar y ordenar las tareas por frecuencia, es decir, habrá labores de la casa que necesites hacerlas todos los días como hacer la cama o fregar los platos sucios, y otras que solo necesitan ser hechas una vez a la semana, como sacudir el polvo o cambiar la ropa de la cama.

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2. Y también rutinas de limpieza de 10 minutos

Esto quiere decir que también es necesario que establezcas pequeñas rutinas de limpieza en el día a día, no tienen que ocuparte mucho tiempo, con que les dediques 10 minutos, es más que suficiente. Básicamente, la idea es dedicar esos 10 minutos al día a ordenar y limpiar diferentes estancias de la casa de manera superficial. Muchos expertos recomiendan que el mejor momento para hacer estos 10 minutos de orden y limpieza es antes de irnos a la cama, así nos acostaremos felices por el trabajo hecho y, al levantarnos a la mañana siguiente, ese nivel de felicidad subirá por tenerlo todo ordenado ya. 

Estas pequeñas acciones diarias de 10 minutos pueden ser colgar prendas de vestir en el armario, lavar todos los platos sucios, limpiar los restos de comida o de pan de la encimera de la cocina, etc. Estos hábitos te llevarán poco tiempo y te ayudarán a mantener la casa siempre impecable y bajo control.

3. Se deshacen de lo que no usan

La mayoría de las veces, el caos y el desorden que se forma en casa suele venir de objetos o ropa que vamos acumulando y que ocupan un espacio innecesario que podría sernos más útil para ordenar cosas que sí necesitamos de verdad. Por eso, es recomendable que, cada dos o tres meses, intentes hacer limpieza de lo que ya no uses. Lo que descartes, puedes donarlo, venderlo o tirarlo si está en muy malas condiciones. Un buen momento para hacer esta limpieza son los cambios de armario en las distintas estaciones del año.