¡No más zonas imán! Identifica los muebles a los que 'va a parar todo' y mantén el orden en casa

Sabemos que no te gusta el desorden en casa, te genera muchísimo estrés cuando todo está patas arriba y hecho un caos y, por eso, pones en práctica todos los consejos de Marie Kondo sobre el orden. Pero seguro que te pasa que, aunque siempre tengas todo ordenado, te cuesta muchísimo mantener ordenadas algunas zonas de la casa.

Pues bien, estos lugares de casa más desordenados tienen hasta su propio nombre, son las zonas imán del desorden. A continuación, te explicamos más sobre ellas y cómo puedes identificarlas para ponerles remedio.

¿Cuáles son las zonas imán del desorden y cómo controlarlas?

Básicamente, las zonas imán del desorden son esos lugares de la casa donde vamos dejando aquellas cosas que no sabemos muy bien dónde guardarlas. Suelen ser objetos que no nos animamos a tirar, que tenemos que revisar, que no tienen una definición clara, etc. Por eso es superimportante detectar cuáles son estas zonas imán de la casa para poder mantenerlas bajo control con constancia y, por supuesto, asignando un lugar específico para cada objeto.

Para que aprendas a poner remedio a este desorden, te contamos, a continuación, cuáles son las zonas imán más comunes de la casa y cómo puedes controlarlas: 

1. El recibidor, en general

La entrada de casa suele ser una de las zonas donde más fácil nos resulta dejar cosas indefinidas. Llaves, cartas, bolsos y zapatos se acumulan rápidamente. Para evitarlo, puedes colocar un organizador de pared con ganchos para llaves y bolsos, una bandeja para el correo o un zapatero para mantener el suelo despejado y los zapatos fuera de la vista y en su lugar.

2. La encimera de la cocina

La cocina es uno de los lugares de la casa con más movimiento y, por eso, las encimeras a menudo se convierten en puntos de acumulación de objetos que no tienen otro sitio donde ir. Te recomendamos que uses cajas o cestas para agrupar aquellas cosas que usas con frecuencia en la cocina, como especias o utensilios, y establece reglas sencillas como no dejar en la encimera nada que no sea para cocinar.

3. El salón es donde más acumulas 

El salón es una zona común donde todos los miembros de la familia tienden a dejar sus pertenencias. Revistas, mandos a distancia, juguetes y mantas pueden crear rápidamente un ambiente muy caótico. ¿La solución? Opta por muebles con almacenamiento oculto, como mesas de centro con compartimentos o cestas decorativas, para guardar todo lo que se acumula en esta zona imán de la casa. 

Y vigila también las sillas del comedor. Es muy común que se convierte en una especie de colgador-perchero para dejar chaquetas, bolsos, mochilas... Si guardas  estás cosas en cuanto entres en casa conseguirás mantenerlas a raya. 

4. Que el dormitorio no sea un caos

El dormitorio es nuestro lugar de descanso, por eso, debe reinar el orden, aunque no siempre es así porque muy fácilmente se convierte en un espacio para depositar ropa (todo un clásico, dejarla encima de una silla), zapatos y accesorios.

Para mantener el orden, puedes usar organizadores para cajones, cajas para el interior del armario y, por supuesto, crear el hábito de guardar la ropa inmediatamente para evitar que se amontone.

Las zonas que más fácilmente se convierten en imanes para el desorden son, efectivamente, la silla junto a la cama, pero también la cómoda y hasta la mesita de noche. 

5. Controla los excedentes en el baño

El baño, especialmente el lavabo y las estanterías, suele acumular productos de higiene, maquillaje, toallas y artículos personales que no siempre guardamos después de su uso. Utiliza organizadores en los cajones, cestas pequeñas para los productos y colgadores para toallas. Además, revisa regularmente tus productos y deshazte de los que ya no necesitas o están caducados. Estas son las cosas que puedes tirar del baño. 

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6. El escritorio o la zona de trabajo

Por último, si tienes una pequeña oficina en casa para teletrabajar, esta zona de trabajo, sobre todo el escritorio, es una zona imán y de las grandes. Solemos tener papeles desordenados, cables liados unos con otros, bolígrafos y cuadernos triplicados y muchísimos dispositivos electrónicos que lo único que hacen es distraernos y bajar nuestros niveles de productividad. Llegó la hora de poner orden: revisa esos papeles, quédate únicamente con los que te sean necesarios y organízalos en bandejas.