Tener un salón en orden  es posible con un poco de constancia y una buena organización. Y no se trata solo de mantener a raya la mesa de centro ni atusar los cojines, también de tener presente no combinar en su decoración muchos colores, equilibrar el contenido de la librería o tener los estores a la misma altura. Pon en práctica esas claves. ¡Verás que diferencia!

Salón con molduras y cojines en tonos tierra 00551748 copia

Si no mezclas más de tres colores en el salón, transmitirá más sensación de orden. 

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1. Coordina los cojines en una gama de tres colores

Los números impares (3, 5...) ayudan a crear simetrías y permiten jugar con tres tonos de la misma gama. Fíjate en los cojines de este sofá: juegan con una gama de tres colores, teja, tierra y anaranjado. Esta combinación queda bien gracias a que la base es clara y así los cojines de colores cálidos destacan más. A ambos lados, los dos cuadrantes lisos enmarcan la composición.

Si los colocas de una manera desenfadada (pero estudiada), darás gracia al sofá y serán más fáciles de reordenar. Y para crear un efecto envolvente y fluido, se ha elegido la manta sobre el puff de estampado étnico en los mismos tonos. 

Sofás nuevos con fundas. Las fundas renuevan los sofás y hacen más fácil su limpieza. Elige un color que aporte armonía y equilibrio y que no “rompa” la decoración. El blanco crudo de la foto es un acierto: pega con todo. Una funda similar al mod. Fever House de Milboo te costará unos 155 € para un sofá de tres plazas. 

 

 

Salón con consola apoyada en la trasera del sofá 00540738

Guarda revistas y libros apilados en la consola. Ten a mano solo los que consultes. 

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2. Busca una consola con cajones y ordena las revistas en bloques

Pégala a la trasera del sofá o a la pared. En los cajones, guarda lo que esté desperdigado: cuadernos, bolígrafos... Coloca las revistas o los libros en tres bloques (da sensación de orden). Úsalos arriba como base de los adornos y, abajo, no apiles más de cuatro para facilitar la limpieza. Consola similar al modelo Lunja de La Redoute (239,20 €).

Zona de estudio en el salón 331168

Despeja la mesa de trabajo todo lo que puedas. Los archivadores te ayudan a mantener en orden los papeles. 

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3. Completa el rincón de trabajo con accesorios prácticos

Si teletrabajas y no tienes mucho sitio, elige como mesa una consola estilosa de no más 120 x 40 cm, suficiente para escribir con el portátil (similar en Miravia, unos 149,90 €).

Dale capacidad añadiéndole dos organizadores con cajones y estará siempre ordenada (de 25 cm de ancho, 26,25 € en Leroy Merlin). Lo ideal es que mantengas el escritorio lo más despejado posible para evitar el ruido visual. 

Salón con mesa de centro con balda 00427699

Reúne lo más pequeño de la mesa de centro en bandejas o cajas. Si tiene una balda inferior organízala con cestos. 

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4. Las parejas sobre la mesa de centro funcionan

¿Tu mesa de centro es rectangular? “Divídela” en tres partes. Pon una bandeja rectangular a un lado; en el otro, una redonda de madera o fibra y dos libros o revistas apilados. En el centro, coloca dos jarrones con flores y dos objetos, ambos con distintas alturas.

¿Tiene balda? Pues usa dos cestos rectangulares iguales para tener a mano y en orden las mantas del sofá. Cestos similares al mod. Words de Kave Home (29,99 €).

Guarda los mandos y las gafas en cajas. Eliminarás ruido visual y los tendrás localizados y sin polvo. Busca una caja con tapa de 22 cm de lado para que quepan bien, como la caja de madera Katas de klasthome.com.

 

Salón con librería a media 00553637 O

Deja el 30% de la librería sin objetos. Combina libros y elementos decorativos en cada balda. 

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5. Equilibra volúmenes en la librería

Las baldas con 30 cm de separación dejan respirar al mueble. En la balda superior, crea una simetría con cestas: dos o cuatro (las levantas y limpias fácilmente).

Coloca la mayoría de los libros de pie, y unos pocos, tumbados. Pon láminas con mucho fondo blanco y marcos iguales, y accesorios de fibra y cerámica. Combinan bien y aportan frescura y calidez.

Un consejo: si tus libros son muy distintos, fórralos con papeles bonitos en tonos neutros. Te será más fácil organizarlos y quedarán mejor.

Salón con cuadros detrás del sofá 00543286 ALT

Crea composiciones de cuadros ordenadas en la pared de detrás del sofá. 

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6. Una galería de arte en la pared de detrás del sofá

Traza una línea a nivel a 30 cm del respaldo. Si usas cinta de pintor para zonas delicadas, no arrancará la pintura (18,74 €, Leroy Merlin). Sobre ella, alinea varias láminas enmarcadas que vayan de lado a lado del sofá. Elígelas verticales u horizontales y forma con ellas una forma geométrica (cuadrado, rectangular...). Puedes mezclar obras de distintos tamaños. Te quedará equilibrada si sus marcos y paspartús son de los mismos materiales. 

Lo ideal es que los cuadros centrales queden a la altura de los ojos y que los cuadros no sobresalgan a los lados del sofá. 

Salón con sofás en L y mesa de madera 00531735

Los estores a la misma altura también dan sensación de orden en el salón. 

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7. Vigila que los estores estén a la misma altura

Puede parecer una tontería, pero no lo es. Cuando están subidos, los estores a distintas alturas rompen el equilibrio y dan sensación de desorden. Basta con colocarlos a la misma altura para que el salón parezca otro. Bájalos hasta que cubran 1/3 de la ventana o del ventanal; será suficiente para que entre luz y quedarán mejor que si los pliegas por completo.

 

Salón clásico 00543146

Decorar con muebles simétricos proporciona orden visual.

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8. Las simetrías te ayudan a evitar el caos

Los muebles y accesorios simétricos bien colocados generan orden visual y ayudan a mantenerlo. Es el caso de las mesas de este salón, muy similares y colocadas a ambos lados. Sobre ellas, los dos cuadros gemelos ayudan a lograr la sensación de equilibrio, junto con las cortinas perfectamente compensadas y los jarrones con flores.

Las butacas de la izquierda y los sofás enfrentados mantienen esa línea simétrica; para restar seriedad y aportar movimiento, los cojines y las mantas se han colocado con un descuido “planificado”. La gran alfombra en blanco roto zonifica y enmarca el espacio.

No más tres tonos. Elige un fondo neutro claro; el crudo siempre va bien. Para los textiles, cíñete a dos o tres tonos. Aquí se han elegido un calabaza, un gris acero y un crudo, supercálidos y elegantes. Los jarrones con flores frescas refuerzan el toque alegre.