Y llegó el gran día en el que decides dar un nuevo look a toda la casa y te animas a hacer ese cambio pintando las paredes de un nuevo color. La verdad que cambiar de color las paredes es una idea acertadísima para renovar un espacio con poco, pero solo será una decisión acertada y eliges el color adecuado.
Sí, sí, puedes pintar tus paredes de tu color favorito, tus gustos personales son los primeros a tener en cuenta en la selección de paletas de colores, pero hay otros aspectos clave que no pueden ser olvidados si quieres un resultado satisfactorio. Muy a nuestro pesar, estos aspectos clave suelen ser olvidados y, como queremos que te sientas orgullosa del color de tus nuevas paredes, a continuación, te presentamos cuáles son los 7 errores más comunes a la hora de elegir los colores de la casa para que no caigas en ellos.
No cometas estos 7 errores eligiendo los colores de tu casa
Para que no caigas en ellos y tus paredes queden bonitas y resultonas, ten en cuenta estos errores a la hora de elegir los colores, no cometerlos, te salvarán de más de un dolor de cabeza (y de un disgusto):
1. No tener en cuenta el uso del espacio
Los colores tienen influencia directa en nuestro estado de ánimo, en nuestra creatividad, en nuestra productividad e, incluso, en nuestro descanso. Por eso, es superimportante tener en cuenta el uso de la habitación que vamos a pintar para elegir un color acorde a ello. Por ejemplo, para un dormitorio principal donde el descanso es lo primordial, se deberían elegir tonalidades más frías, suaves y relajantes.
2. Olvidar la luz
El color y la luz son una pareja inseparable que siempre van de la mano, ya que la iluminación tiene la capacidad de cambiar la apariencia del color, de que se vea más brillante o más apagado. Por eso, antes de elegir el color para tus paredes, mira la cantidad de luz que tiene el espacio que vas a pintar, si es luz natural, luz artificial...
3. Elegir un único color
Si no quieres un espacio apagado, plano y sin vida, atrévete a combinar más de una variedad de colores. No hace falta abusar y crear grandes contrastes, la idea es elegir varios colores de una misma gama con diferentes matices e intensidad.
4. O pasarnos con muchos
Quedarnos con una única tonalidad sería dejar el espacio sin vida, pero es que, si nos pasamos y ponemos de más, también es contraproducente porque generaría sensación de agobio. Lo ideal sería elegir entre tres y cinco, aunque nuestro consejo es que apliques la regla del 60-30-10(un 60% de un color dominante, un 30% de un color secundario y un 10% de un color acento).
5. Cada habitación de un color
Tampoco es aconsejable pintar cada estancia de la casa de un color que no tenga nada que ver el uno con el otro. No vamos a ser muy rigurosas con esta regla y te vamos a dar otra opción más viable si así es tu deseo de tener habitaciones en colores diferentes: puedes hacerlo siempre y cuando las tonalidades elegidas estén cohesionadas y guarden equilibrio entre ellas.
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6. No tener cuidado con el acabado
Elegir bien el acabado de la pintura es fundamental, ya que podríamos encontrarnos con un resultado totalmente diferente al esperado/soñado. Para que te hagas una idea, los dos efectos más comunes son el mate, que disimula defectos en las paredes al no reflejar la luz, y el satinado, que tiene un acabado ligeramente brillante porque recibe la luz sutilmente.
7. Los techos siempre de blanco
Pintar los techos de blanco es la tendencia habitual y se hace mucho en espacios donde no son muy altos para alargarlos visualmente. Pero, aunque sea lo habitual, no quiere decir que sea lo correcto. Hay algunos casos en los que viene mejor elegir un color neutro para dar más atractivo visual. Y ya si te atreves, puedes darle caña pintando el techo de un color oscuro.