El Feng Shui es una filosofía china milenaria que busca crear equilibrio y armonía entre las personas y su entorno. Según esta filosofía, todo lo que nos rodea tiene una energía, y su objetivo es facilitar que esa energía fluya de manera positiva. En este sentido,el color no es solo un elemento decorativo: es vibración, energía, estímulo o calma. Básicamente, para el Feng Shui el color es una herramienta poderosa que puede activar, calmar o bloquear el chi (energía vital) de un espacio.
Esto es debido a que el Feng Shui relaciona los colores con los cinco elementos (fuego, tierra, metal, agua y madera), y cada uno tiene un efecto específico sobre nuestras emociones, comportamientos y sensaciones. Usar bien el color significa elegir con intención, no solo con los ojos, sino con la intuición y el propósito. Como nos va a contar a continuación la experta en Feng Shui Gloria Ramos, tu casa te habla a través del color y, si sabes escucharla, puede ayudarte a transformar tu energía diaria. Además, la experta añade que si sentimos que en casa no podemos relajarte, puede deberse a que el color de las paredes nos esté perjudicando.
Rojos y naranjas
Los rojos y los naranjas en exceso en las paredes activan el cerebro y pueden generar estrés. Esto es debido a que el rojo, en su caso, representa el elemento fuego. Y es que, aunque se trate de un color intenso, apasionado, que estimula la acción, la vitalidad y el amor y que se usa para atraer reconocimiento, visibilidad y entusiasmo, usado en exceso puede causar el efecto contrario: agitación, discusiones y dificultad para descansar.
Por otro lado, el naranja también pertenece al elemento fuego, pero es más suave que el rojo y su función es estimular la creatividad, la comunicación y el entusiasmo. Pero, como en el caso del rojo, no debe cubrir todas las paredes, ya que puede generar inquietud o dificultar la concentración. Mejor usarlo en detalles decorativos o textiles.
En zonas de descanso como el dormitorio, evita colores como el rojo o el naranja.
RBA
Azules y verdes
Los azules y los verdes, pasteles y suaves, relajan el sistema nervioso y reducen la ansiedad. El verde está relacionado con el elemento madera, el color de la naturaleza, el equilibrio y la renovación. El azul, que pertenece al elemento agua, fomenta el descanso, la reflexión y la comunicación interior. Aunque ambos colores son perfectos para crear ambientes relajantes, hay que tener cuidado porque, usados en exceso, pueden bajar la energía y la motivación.
Grises oscuros y negros
Al igual que las tonalidades anteriores, para el Feng Shui los grises oscuros y negros usados en exceso pueden disminuir la energía y la motivación. Aunque ambos colores están relacionados con el elemento agua y aportan elegancia y profundidad, tienen un efecto muy potente y en exceso pueden resultar opresivos o generar depresión.
El Feng Shui dice que se pueden usar en zonas como el despacho o el recibidor, pero siempre combinados con tonos más cálidos o madera para contrarrestar su peso energético.
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Los grises oscuros y negros pueden aplicarse en zonas como el recibidor, pero siempre acompañados de otros elementos como la madera
RBA
La solución: equilibrio con intención
Por último, Gloria nos comenta que, si últimamente nos cuesta relajarnos en casa o sentimos que algo no fluye como deberías, muy probablemente el color de nuestras paredes estén influyendo más de lo que pensamos. Por eso, nos anima a que revisemos los colores que tenemos y que si detectamos alguno de los anteriores, busquemos otras soluciones como apostar por colores neutros, tierras o blancos suaves en las paredes principales.
El toque de color lo podemos dar jugando con los elementos decorativos: por ejemplo, a través de cojines, cuadros, alfombras, pequeños muebles, etc. De esta forma, conseguiremos una casa armónica, con energía, pero también con calma.