Pros y contras: Baños con mampara, ¿SÍ o NO? Resolvemos el dilema más debatido en decoración de baños

Si estás pensando en actualizar y modernizar tu baño, una de las decisiones clave es elegir el separador de la zona de aguas frente al resto del baño. Hoy en día, la mayoría de personas optamos por instalar mamparas, aunque muchas siguen utilizando las clásicas cortinas de ducha. Ambas opciones tienen ventajas y desventajas que van más allá de la estética y que afectan a la limpieza y durabilidad. Hoy te contamos los pros y los contras de colocar una mampara de ducha en el baño: ¡dilema resuelto!

Las ventajas de instalar mamparas

Estéticamente, son más elegantes

Las mamparas aportan un aspecto contemporáneo, casi minimalista al cuarto de baño. Por eso, son las favoritas de muchos expertos en decoración. La mayoría de mamparas se construye con un diseño limpio y moderno, especialmente aquellas versiones en vidrio templado. Cabe destacar que las mamparas de cristal ayudan a engrandecer visualmente el espacio, fomentando la amplitud y la luminosidad del lugar. Permiten que la luz fluya libremente y crean un ambiente mucho más ligero. Toma nota: son ideales para baños pequeños.

Duran más tiempo y son más resistentes

Las mamparas de vidrio son populares por ser resistentes a golpes, rayones o manchas. Algunas poseen un tratamiento anti huellas que ahorra la limpieza diaria de la pieza. A diferencia de las cortinas, las mamparas de cristal no suelen acumular hongos o manchas difíciles porque no tienen pliegues ni guardan humedad. Sin duda, las mamparas son una solución más robusta y que promete una larga vida útil.

Estancan mejor el agua

En términos de comodidad, las mamparas son las favoritas. En comparación con las cortinas, estas estructuras sellan mejor el agua y evitan salpicaduras hacia el resto del cuarto. Además, ayudan a mantener el calor dentro de la ducha, lo que se traduce en una experiencia de baño mucho más agradable, sobre todo en temporadas de otoño o invierno. 

Generan sensación de estabilidad

Las mamparas se construyen en materiales sólidos. Y aunque hay versiones abatibles o fijas, su posición recta y robusta genera una sensación de seguridad. De hecho, muchas mamparas incluyen sistemas de perfilería o bisagras que aseguran su estabilidad.

Diseños variados: ¡hay uno para ti!

La gran variedad de diseños y estilos de mamparas son beneficios relevantes. Puedes elegir entre vidrios opacos, serigrafiados, texturizados, esmerilados o incluso con colores y grabados específicos. Otras opciones más atrevidas incluyen perfiles negros, dorados o invisibles, así como cuarterones de metal o revestimientos de azulejos en el exterior.

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Los contras de las mamparas en el baño

Una inversión más costosa

Al principio, instalar una mampara de baño puede parecer costoso. A diferencia de las cortinas, que son más económicas y fáciles de sustituir, las mamparas requieren un presupuesto más amplio. Tendrás que dejar presupuesto para comprar la mampara y para contratar a quien la instale.  Sin embargo, hay que reconocer que este precio suele compensarse gracias a su durabilidad y elegancia estética. 

Mantenimiento más complejo

Aunque son fáciles de limpiar, las mamparas sin tratamiento anti huellas pueden requerir una limpieza diaria. Esto se debe a que el agua contiene sarro, el cual se acumula y mancha la estructura de la mampara, así como también lo hacen el jabón u otros productos de baño. Es importante que limpies tu mampara con frecuencia para que siempre luzca impecable y transparente. 

Requiere de un especialista

Mientras que colocar una cortina es cuestión de minutos, la instalación de una mampara puede requerir que contrates a un profesional. A veces, colocar la mampara implica una nivelación y sellado que solo un especialista puede hacer correctamente. Dependiendo del diseño, el trabajo puede ser costoso y tomar tiempo.