Con el poco tiempo que tenemos en el día a día, si hay algo de la casa que siempre posponemos o que, por lo menos, intentamos hacerlo lo más rápido posible, eso es sin dudas las tareas de limpieza. Mira que sabemos lo importante que es tener limpia la casa, pero, alguna que otra semana, nos buscamos artimañas que nos permitan limpiar con más rapidez.
Podremos ahorrar así tiempo limpiando así, sí, pero, si repetimos estos “atajos” a largo plazo, terminaremos adoptando malos hábitos. Para ver si has entrado en esta espiral, te contamos, a continuación, los 7 malos hábitos de limpieza que, desde ya, deberías dejar de hacer.
1. No hacer la cama
Vale, lo último que apetece hacer recién levantadas por las mañanas es la cama. Pero si quieres que tu dormitorio luzca siempre impecable y ordenado, sentimos decirte que tendrás que hacerla. Además, hacer la cama cada mañana es un hábito que fomenta mantener el resto de la habitación (y quizá toda la casa) en orden.
2. Acumular papeles
Aunque hoy en día todo lo podemos hacer online y casi no es necesario tener papeles impresos, en muchas casas todavía se acumula una enorme montaña de documentos, desde revistas, periódicos, facturas, recibos, cartas. Hay de todo. Pues bien, ha llegado el momento de acabar con ellos. Colócalos todos encima de una mesa y revísalos, uno a uno. Los que no te sirvan, tíralos, y los que sí, archívalos.
3. Dejar las toallas mojadas
No dejes las toallas mojadas tiradas en un montón en el suelo, no solo provocan mal olor a humedad, sino que también pueden atraer plagas como hormigas y pececillos de plata. Una de las formas más sencillas de evitarlo es colgar las toallas para que se sequen inmediatamente después de usarlas.
4. Usar demasiada cantidad de producto de limpieza
Tenemos la mala costumbre de pensar que, cuanto más cantidad de producto utilicemos al limpiar, su efecto será más efectivo y rápido. De hecho, podría suceder todo lo contrario, ya que crearían una película que atrae la suciedad. Así que, cuanto menos eches, mejor. Lo ideal también sería que leyeras las instrucciones del fabricante y usaras la cantidad recomendada, o incluso un poco menos, te ahorrará tiempo y dinero.
5. Limpiar con herramientas sucias
Por poner varios ejemplos sencillos y fáciles de entender. Si nunca limpias la lavadora, empezará a tener mal olor por la acumulación de bacterias en los residuos de detergente, y, por consiguiente, cuando metas tu ropa a lavar, se impregnará de esos malos olores. Otro ejemplo: si la bolsa o el filtro de tu aspiradora está lleno de polvo, no aspirará bien. O si usas una fregona o una esponja sucia, solo estarás esparciendo más suciedad y bacterias. Por eso, tómate el tiempo para limpiar a fondo tus herramientas y aparatos después de cada uso.
Sigue toda la información sobre decoración, orden, limpieza y buenas compras en el perfil de Cosas de Casa en Facebook y también en el canal de Cosas de Casa en WhatsApp. ¡Te esperamos!
6. Dejar los platos sucios en el fregadero
Piénsalo bien: ¿no crees que tardas menos en meter un vaso sucio en el lavavajillas en lugar de dejarlo en el fregadero? Por si no lo sabías, dejar los platos sucios en el fregadero es un caldo de cultivo perfecto para las bacterias y un festín para los insectos. Enseña a todos en la casa a poner los platos en el lavavajillas o lavarlos inmediatamente.
7. Ir posponiendo la limpieza
Por último, lo de procrastinar e ir posponiendo las tareas domésticas de limpieza para otro día no es buena idea. Al final, las pospones un día, al siguiente y al siguiente y, cuando te pones de verdad, está todo el triple de sucio. Crea el hábito de limpiar un poco cada día y libérate de ese estrés.