Aunque muchas veces vayamos pilladas de tiempo por culpa de las obligaciones del día a día, deberíamos de hacer todo lo posible por liberarnos un hueco en nuestra apretada agenda para la limpieza y orden del hogar. Y es que, aunque vivir en un entorno desordenado puede parecer algo inofensivo o incluso inevitable en algunos momentos de la vida, el impacto del desorden va más allá de lo visual: también afecta a tu bienestar emocional, mental y hasta físico.
Y no hace falta que la casa esté completamente caótica, basta con algunas prendas dejadas en la silla del dormitorio, unos zapatos tirados por el suelo o una pila de platos sin fregar en el fregadero para sentir los efectos negativos del desorden en nuestro estado de ánimo. Para que, a partir de ahora, te motives más para mantener todos los rincones de tu casa ordenados te contamos, a continuación, 7 maneras en las que el orden te afecta en el día a día.
1. Un espacio desordenado es más difícil de limpiar
Un espacio lleno de objetos fuera de su lugar es más difícil de limpiar a fondo, lo que incrementa la acumulación de suciedad, polvo y ácaros y, por ende, un empeoramiento en la salud de personas con alergias, asma o problemas respiratorios. Estos ácaros también se suelen acumular mucho en áreas como camas, sofás y alfombras. Al ordenar la casa, podrás limpiar mejor y reducir la presencia de alérgenos en tu hogar.
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2. Aumenta los niveles de estrés y ansiedad
Muchos estudios han demostrado que los entornos desordenados elevan los niveles de cortisol, conocido como la “hormona del estrés”. Esto significa que un hogar desorganizado podría estar contribuyendo a tu ansiedad sin que siquiera lo notes, generando sensación de caos y falta de control. Esto es muy común que te pase cuando no encuentras lo que necesitas o estás rodeado de cosas fuera de lugar, tu mente no logra relajarse e incrementa la tensión.
3. Dificulta la concentración
Tus sentidos se sobrecargan ante un espacio desordenado lo que provoca que, a su vez, te cueste más enfocarte en una tarea a la vez. Esto sucede porque el cerebro interpreta cada objeto fuera de su lugar como una tarea pendiente, lo que agota tu energía mental y reduce tu capacidad de concentrarte.
El desorden reduce tu productividad y hace que seas menos creativo.
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4. Reduce tu creatividad
Los espacios organizados permiten que tu mente fluya libremente, ya que no estás preocupado por el desorden que te rodea. Una habitación ordenada inspira claridad y te da espacio para desarrollar tus proyectos creativos sin distracciones.
5. Afecta a la calidad del sueño
Si la estancia de la casa que está desorganizada y hecha un caos es tu lugar de descanso, este desorden puede impactar negativamente la calidad de tu sueño nocturno. Por ejemplo, ver montones de ropa o pilas de papeles antes de acostarte mantiene a tu cerebro en estado de alerta, dificultando la relajación y la conciliación de un sueño profundo y reparador.
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El desorden incrementa la sensación de agotamiento y perjudica la calidad de tu sueño.
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6. Incrementa la sensación de agotamiento
El desorden no solo afecta tu mente, también impacta tu cuerpo físico. Cada vez que buscas algo perdido, te mueves más de lo necesario, lo que incrementa la sensación de fatiga. Además, un entorno caótico requiere más tiempo y esfuerzo para ser limpiado, lo que puede ser desmotivador y hacer que pospongas las tareas del hogar sin fecha de fin.
7. Genera conflictos en las relaciones
Por último, añadir también que el desorden no solo te afecta a ti, también puede generar tensiones en el hogar. Discutir por quién debe limpiar u ordenar un espacio abarrotado de cosas puede dañar la armonía familiar o de pareja.