La ordenóloga Esther Torras nos aconseja hacernos cargo de las cosas que guardamos en casa de nuestros padres para liberarles de esa carga emocional y física

La ordenóloga Esther Torras nos aconseja hacernos cargo de las cosas que guardamos en casa de nuestros padres para liberarles de esa carga emocional y física.

@esthertorras

Orden de verdad

Esther Torras, experta en orden: “La casa de tus padres no es un trastero, deja de acumularlo todo allí”

Tenemos la mala costumbre de que, cuando nos independizamos de nuestros padres, dejamos la mitad de nuestras cosas en su casa porque no sabemos muy bien qué hacer con ellas. Ha llegado el momento de ser maduras y cerrar esta etapa

Durante años, nuestros padres nos cuidaron, nos protegieron y se hicieron cargo de que nunca nos faltara de nada. Mientras hemos vivido con ellos, hemos guardado nuestras pertenencias y tesoros bajo su techo y, por desgracia, muchas personas, aun después de independizarse, siguen usando la casa de sus padres como trastero para sus cosas.

Estamos ya en la edad adulta y ya hemos crecido lo suficiente para tomar decisiones y hacernos responsables de nuestras pertenencias. No es justo para nuestros padres que, cuando nos mudamos a nuestra propia casa, les dejemos en la suya todo aquello que no sabemos qué hacer con ello, dejándoles una acumulación enorme de cosas y robándoles sus propios espacios. Los padres se merecen estar tranquilos en su hogar y no tener esta carga innecesaria.

Esta situación se la encuentra con mucha frecuencia la experta en orden Esther Torras cuando va a visitar la casa de sus clientes. La ordenóloga está un poco cansada de visitar casas donde hay más cosas de los hijos que ya no viven allí que de los propios padres. Dibujos de pequeños, fotos de excursiones, apuntes de la universidad. Todo esto y mucho más sigue en casa de los padres, ocupando espacio físico y mental.

00522406 Armario abierto con jerséis y bolsos

No utilices casa de tus padres a modo de trastero para todo aquello que no te cabe o no te quieres llevar. 

RBA

Es hora de hacernos cargo de nuestras cosas

A todas de pequeñas nos encantaba guardar absolutamente todo. Pero ahora que somos adultas, independientes y con vida propia, llega el momento de asumir que ese pasado es nuestro y no responsabilidad de nuestros padres. Además, los ponemos entre la espada y la pared porque no saben qué hacer con nuestras cosas: si las tiran, sienten que nos están fallando, pero si las dejan, les estamos robando su espacio y su energía.

La experta dice que, aunque parezca algo insignificante, dejar en casa de nuestros padres aquellas cosas del pasado por no saber qué hacer con ellas les supone a ellos una gran carga emocional, física y mental. Así que, como hijas, nuestra responsabilidad es darles esa mano que necesitan y ayudarlos a liberarse de esa mochila para que puedan disfrutar de su presente, de su bienestar y de sus espacios. 

Además, Esther también apunta que hacernos cargo de nuestras pertenencias es una forma de gratitud, de respeto y de amor hacia quienes tanto nos han dado. Revisar lo que guardamos, decidir qué conservar y qué no, y liberar a nuestros padres de esa mochila es una manera de regalarles bienestar, espacio y calma.

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Detalle cajas en la librería 00466484 O

CDs, apuntes del colegio, libros... seguro que en casa de tus padres aun te quedan muchas cosas. 

RBA

Saca tus pertenencias de casa de tus padres

Esther nos aconseja que nos armemos de valor y que vayamos a casa de nuestros padres a hacernos cargo de nuestras cosas. No hace falta que cojamos todo y nos lo llevemos casa, porque así estaríamos pasando la acumulación de objetos de un lado a otro. La experta recomienda que nos plantemos delante de todas nuestras cosas y revisemos, cajas, los libros de las estanterías, la ropa de nuestra juventud guardada en los armarios, etc. Debemos elegir conscientemente qué queremos llevarnos con nosotras y qué no.

Lo que decidamos quedarnos con nosotras, nos lo llevamos a nuestro hogar y le asignamos su lugar correspondiente. Lo que sintamos que no debe seguir con nosotras, debemos darle permiso a nuestros padres para que se deshagan de ello sin culpas. Incluso, puedes descartarlo tú misma: lo que no esté en buen estado, puedes tirarlo directamente y lo que veas que aún se le puede dar una segunda oportunidad, puedes donarlo, regarlo o venderlo.

En definitiva, facilitar la vida a nuestros padres es un acto de amor maduro. Ellos nos cuidaron muchos años, ahora nos toca a nosotros cuidar de su tranquilidad. Ordenar, liberar y decidir es más que un gesto práctico: es un acto simbólico de cerrar etapas y dar paso a un nuevo capítulo en nuestra vida.