En los últimos años, se está hablando mucho del Feng Shui en redes sociales como si fuera una fórmula mágica para atraer abundancia, armonía y bienestar. Y sí, el Feng Shui tiene que ver con estos conceptos, pero no con la forma en la que lo presentan, a través de amuletos decorativos, como budas, plantas o supersticiones. El verdadero Feng Shui existe y se alcanza yendo mucho más allá de lo estético, ya que su base principal consiste en estudiar cómo se mueve la energía vital (conocida como Chi) a través de los espacios y cómo esta energía influye en nuestras experiencias de vida.
Así que si alguna vez aplicaste en tu casa “las enseñanzas de Feng Shui” que viste en un post de Instagram o de Pinterest y no ha pasado nada, muy probablemente de Feng Shui tenga poco porque el de verdad transforma de verdad, desde el espacio exterior hasta dentro de ti. Además, el Feng Shui real tiene profundidad, estrategia y propósito. Para que aprendas a distinguir el Feng Shui real del decorativo, la experta en esta disciplina Gloria Ramos nos cuenta los 6 errores más comunes que se cometen hoy en día al respecto.
1. El Feng Shui no es un estilo decorativo
Uno de los errores más frecuentes y más visto en redes sociales es pensar que el Feng Shui consiste en seguir una estética concreta o copiar estilos orientales. Nada más lejos de la realidad: esta disciplina no se enfoca en cómo luce un mueble, sino en cómo su ubicación, forma y materiales afectan al flujo energético del espacio y a tu bienestar.
El Feng Shui analiza la energía del espacio y cómo influye en nuestro bienestar
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2. No es llenar tu casa de plantas
Las plantas pueden ser grandes aliadas si están colocadas en el lugar correcto, pero no son mágicas ni obligatorias. En algunos espacios, especialmente en zonas donde ya hay mucha energía excesiva, una planta puede incluso ser contraproducente. Se trata de entender qué necesita cada zona de tu casa según el mapa energético. El secreto está en el equilibrio: menos es más.
3. No uses objetos que no te gustan
Colocar fuentes, sapos de tres patas o espejos solo porque dicen que “atraen riqueza y activan la abundancia en todas las áreas de tu vida" no tiene sentido si no te agradan o no encajan contigo. El verdadero Feng Shui promueve la armonía entre el entorno y la persona, no con supersticiones ajenas a tu estilo de vida. Si un objeto te incomoda o no resuena contigo, su energía también será discordante.
4. No es magia ni un cambio exprés
El Feng Shui no hace milagros, hay que entender que se trata de una herramienta de transformación profunda que necesita tu participación activa. No basta con mover un sillón o colocar un símbolo: debes acompañar esos cambios con intención, conciencia y acción. El espacio puede ayudarte a cambiar, pero eres tú quien debe dar el paso porque tu espacio cambia contigo, no sin ti.
En el Feng Shui, cada elemento que se coloca se hace con estrategia
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5. Tampoco es mover muebles al azar
Cada objeto, cada mueble y cada elemento que se colocan en los espacios tienen una razón de estar en un lugar específico, se hace con estrategia y no por prueba-error. Su orden y ubicación responden a mapas energéticos, como el Bagua y a ciclos temporales.
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6. No es solo un cambio externo, también es interno
El último error que ha expresado Gloria es pensar que el Feng Shui es únicamente un cambio externo y que moviendo cosas fuera conseguiremos ese cambio en nuestra vida. No: el Feng Shui no es ordenar una casa con los ojos cerrados. El Feng Shui real empieza dentro de ti y tus emociones, tus pensamientos y tu energía personal son parte de este sistema. En definitiva, si no hay un trabajo de autoconocimiento, los resultados serán superficiales y pasajeros. La transformación verdadera ocurre cuando el espacio refleja tu evolución interior.