Antes, durante y después de un armario de la ropa blanca ordenado siguiendo el método KonMari

Cuando abrimos un armario y lo primero que sentimos es estrés o frustración, el mensaje que nos está mandando, alto y claro, es el siguiente: nos está pidiendo a gritos un cambio y un poquito de orden y organización. Eso es justo lo que le ocurría a la clienta de Raychel Klein (@ray.bay.bay), una consultora certificada del método de orden KonMari creado por Marie Kondo. Raychel trabaja principalmente en la zona de Seattle, aunque también ofrece sus servicios de consultoría online para así poder ayudar a ordenar sus espacios y sus vidas a personas de todas partes del mundo.

En esta ocasión, Raychel nos ha enseñado la transformación que le ha realizado al armario de la ropa blanca de una de sus clientas. Este armario, de pequeñas dimensiones y ubicado en una casa histórica con ángulos complicados y espacio limitado, lo que ocasionaba que su dueña tuviera poquísimo espacio disponible para almacenamiento, debía ser usado para guardar tanto la ropa blanca y los textiles del hogar como la decoración y otros objetos fuera de temporada. Aquí te dejamos la increíble transformación de este armario.

El punto de partida: un armario que daba miedo abrir

Como puedes ver en esta imagen, el estado de este armario para la ropa blanca antes de pasar por las manos de Raychel era bastante caótico, no tenía un sistema de organización establecido y lo peor, estaba muy sobrecargado. Tenía mantas, sábanas y cojines apilados sin orden, textiles que se caían al abrir la puerta, cestas a medio llenar y una gran cantidad de objetos sin clasificar. Un espacio que, más que facilitar la vida cotidiana, generaba incomodidad y desorden visual.

Raychel se puso manos a la obra siguiendo los pasos esenciales del método KonMari. Lo primero que hizo fue vaciar completamente el armario para que su cliente fuera consciente de todo lo que tenía dentro. Al estar todo tan apilado, no se acordaría ni de la mitad de las cosas que guardaba. Después, la clienta revisó todas sus pertenencias una a una y conservó únicamente aquellos objetos que verdaderamente sí tenían un sentido y una utilidad en su vida. También eliminó todo aquello que no pertenecía al espacio o que no le despertaba alegría. Todo aquello que descartó lo volvió a dividir en tres categorías: cosas para donar, cosas para vender y cosas para regalar.

Durante: A meter todo de nuevo en el armario

Después del proceso de selección y descarte, Raychel ayudó a su clienta a volver a meter todo de nuevo en el armario, pero esta vez poniendo en práctica una organización funcional y aprovechando al máximo el espacio. Para ello, utilizaron bolsas de vacío para comprimir los textiles de temporada. Para poder guardarlas en ellas, previamente las prendas y textiles fueron cuidadosamente doblados y después sellados al vacío. De esta forma, redujeron su volumen a menos de la mitad, permitiéndoles un aprovechamiento mucho más inteligente del armario.

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El resultado: Un armario ordenado y armonioso

La transformación final de este armario para la ropa blanca es impactante. Después de ser ordenado siguiendo los pasos del método KonMari, ahora luce limpio, accesible y funcional. Todo está almacenado en cajas de tela gris claro con etiquetas visibles, facilitando tanto el orden como el acceso. Las baldas se han aprovechado al máximo, pero sin saturar. Cada objeto tiene su lugar y el conjunto transmite calma y armonía.

Por último, detallar que esta transformación no solo es estética sino también emocional, ya que, tras este resultado, la clienta de Raychel ya no abre la puerta ni con miedo ni con estrés porque cuenta con un sistema de almacenaje bien pensado, bonito y sobre todo útil.